Por quien digite el control de este infierno

El último clásico de Avellaneda fue un partidazo. Lo ganó Independiente con dos jugadores menos pero Racing se clasificó a la Libertadores. Estudiantes despidió a Gabriel Milito con goleada y clasificación a la Sudamericana. Lanús, Banfield y Belgrano de Córdoba fueron los otros ganadores de la Liguilla.

El clásico de Avellaneda se definió con mucho suspenso y sufrimiento

Racing 1 (3) – Independiente 2 (2)

*Por Gancedo

Desde tiempos inmemoriales, el hombre siempre se mostró interesado en resolver aquellos grandes enigmas de la vida. Desde Arquímedes hasta Stephen Hawking, a lo largo de los siglos se han ido develando más y más misterios sobre lo que nos rodea. Hasta el propio científico inglés se ha animado a jugar con posibles explicaciones sobre la vida después de la muerte o mismo con la idea de saber que hay tras un agujero negro. Sin embargo, hay una pregunta que hoy no tiene respuesta y es probable que no la tenga durante siglos por más investigación que se haga: ¿Por qué Racing tiene que sufrir si o si?

Ya desde el arranque, la jornada pintaba malparida para los del Rojo: Viruta Vera se bajaba del partido por su lesión. Pésima noticia para un equipo que depende muchísimo de su presencia, no solo por el aporte goleador sino también porque hace jugar y es pieza clave para entender el andamiaje que busca Pellegrino. Su reemplazante fue Lucero, que ni por asomo brinda el mismo rendimiento. No obstante, el Gato estaba decidido a romperle los huevos a los centrales académicos: ni bien comenzado el encuentro, un cabezazo del delantero tras un centro de Tagliafico encontró una buena respuesta de Saja. ¿2-0 en el global y al minuto casi te embocan? Y bueh: Racing tiene que sufrir, sino no vale.

Independiente salió muy decidido: lineas adelantadas, laterales pasando al ataque y defensores jugando mano a mano con los delanteros rivales. Un 4-3-3 (de acuerdo a las propias palabras de su entrenador) que era bastante flexible, porque Benitez era punta pero se tiraba atrás; Mendez era uno de los volantes centrales pero comandaba el primer pase en ataque; Tagliafico iba a hacerle la tarde imposible a Pillud junto a Mancuello y Trejo. Racing salió a jugar de contra con su particular 4-4-2. ¿Porque particular? -se preguntarán ustedes-. La respuesta está tras esta sugerente (?) imagen:

Levanten la mano los entrenadores que posean estos requisitos: vendehumo, sanatero y carente de autocrítica.

Con el mayor de los respetos (y a riesgo de mostrarle la zanahoria a esos topos que viven bajo tierra), para quien escribe estas líneas Diego Cocca es uno de los entrenadores más sobrevalorados de los últimos 20 años. Los éxitos obtenidos en su breve carrera no obnubilan ni merecen descrédito, pero no destaca precisamente por ser un técnico revolucionario, sino todo lo contrario. Un entrenador que supo sentirse identificado con el estilo de Angel Cappa pero que cada vez que puede mete un 4-4-2 insulso, dejando todo en manos de las grandes individualidades que tiene Racing (Saja, Lollo, Milito, Bou: verdaderos estandartes de estos últimos años). Ojo, que no se malinterprete: no desmerezco las posturas contragolpeadoras y defensivas, pero sí merecen reprobación esta clase de entrenadores que SIEMPRE declaran que su equipo jugó bien/intentó jugar por abajo (recién ayer tras el partido se animó a declarar que no jugaron como saben) y que cuando no encuentran la vuelta, le terminan echando la culpa a ciertos jugadores, como ocurrió en aquella derrota por Copa Argentina frente al Bicho de Juan Román Riquelme. Por suerte (incluso para los de Racing, aunque no lo sepan o crean), la salida de Cocca invita a reflexionar sobre el mensaje verbal y lo que vemos en la cancha. Quien suscribe jamás pudo ver a un Racing jugando bien, dominando y teniendo la pelota en pos de crear situaciones, sino un equipo contragolpeador y dependiente de sus figuras. Y cuando se tiene figuras, todo es más fácil. Si no, comparen al Racing de Cocca con el Gimnasia o el Huracán del mismo entrenador.

Continuando (?) con el partido, a los 14′ -y precisamente en un contragolpe- casi moja el local: tras un corner mal ejecutado, Milito tocó para Bou y este galopó hacia campo rival llevándose a la rastra a su marcador, ingresó al área y sacó un remate que tapó el Ruso Rodríguez, dando un rebote insólito que casi capitaliza el ex River. El Rojo respondió enseguida y casi lo tiene Trejo (o Martínez Trejo, como insistió el ganso de Benedetto todo el partido), pero demoró en definir y cuando quiso tocarsela por arriba, Saja lo anticipó. La que tuvo dos minutos mas tarde Lucero fue mucho mas seria, ya que la pelota dio en el palo y salió. Al toque tuvo otra con Toledo que cabeceo cruzado tras centro de Mancuello. Independiente era un vendaval y Racing no reaccionaba. Cocca intentó reacomodar las piezas moviendo a Camacho y a Cerro para evitar las subidas por la izquierda, pero lo más importante -la pelota- nunca la encontró. Su última llegada de la parte inicial sería a los 23′ con un intento de Acuña de meter un corner olímpico, pero entre Rodríguez y el travesaño evitaron el gol que hubiera provocado un posterior linchamiento en plaza pública del arquero del Rojo (?). En el final Lucero tuvo otra chance pero Saja volvió a emerger como sostén, volando para sacar un gran cabezazo del ex Defensa y Justicia. 0 a 0 mentiroso al finalizar los 45 iniciales.

Benitez intenta sacarse de encima la marca de Cerro. El delantero del Rojo mostró su habitual desequilibrio y gambeta, aunque no siempre con éxito.

El complemento arrancó tal y como si no hubiese existido el entretiempo: Independiente al ataque, Racing dormido. A los quince segundos Mancuello ya estaba probando a Saja con un disparo dentro del área, y a los 2′ Tagliafico desbordó para lanzar un centro a ras de piso que Lucero anticipó con un taco pero que encontró bien parado al 1 de La Acadé. A pesar de haber arrancado con todo, el partido comenzó a entrar en un extraño ida y vuelta pero sin pisar las áreas, donde Racing no provocaba ningún tipo de peligro y ya Milito comenzaba a mostrar signos de cansancio, mientras que los de Pellegrino no pudieron sostener el ritmo que metieron durante casi una hora de juego y pararon un poco la máquina, comenzando a sostenerse en la solidez defensiva que mostraron sus centrales que jugaron todo el partido mano a mano. Ambos entrenadores metieron un cambio: Noir por Camacho (para buscar que no suba más Tagliafico, algo que al ex Banfield le importó un pepino y siguió mostrándose como uno de los mejores de su equipo) y el Cebolla Rodríguez por Mancuello (buscando más profundidad y acompañamiento para Benítez). ¿A quién le salió mejor el cambio? Ni hace falta decirlo con todo lo que dije más arriba (?). Dos minutos después de hacer su ingreso, el uruguayo se hizo cargo de un tiro libre y metió un fierrazo seco al palo de Saja. 1 a 0 arriba el Rojo. Merecidísimo.

El Rojo tenía todo para poner las cosas en igualdad: jugaba mejor, tenía la pelota, su rival estaba golpeado y encima había comenzado ese murmullo que siempre augura malos momentos, al cual podríamos bautizar como uh-ahora-nos-embocan (?). Pero si hay algo que siempre tuvo Racing es una cancha siempre llena y dispuesta a alentar 90 minutos grandes jugadores, en cualquier época y aún en los peores momentos. Y así te aparece de la nada Luciano Lollo, un marcador central de enorme categoría y que está subvalorado porque es cordobés juega en Racing el fútbol argentino. El defensor se elevó alla Passarella para meter un hermoso cabezazo al ángulo imposible para el Ruso Rodríguez, incluso si tuviera las dos manos (?). Racing emparejaba el marcador y volvía a poner dos de diferencia en el global. Un mazazo tremendo para un Independiente dominador que estaba para ridiculizar nuevamente a su eterno rival.

Tras el empate, los de Pellegrino entraron en pleno desorden y perdieron la brújula. Si a eso le sumamos signos de cansancio, el resultado decanta en pases errados e imprecisiones a rolete. Ahí si Racing se desplegó un poco mas y aprovechando la frescura del ingresado Nuñez comenzó a contar con mayor permanencia en campo rival, con Bou reaparecido y tirando algún que otro chiche que generó cierto malestar en algunos rivales. Los minutos pasaron y el Rojo entró definitivamente en un espiral de desesperación ante la situación que dejaron escapar. Primero fue Méndez a los 38′ y dos minutos después Ortíz -que más que Marciano fue un fantasma- quienes se irían expulsados por sendas agresiones (la de Yisus pareció exagerada -al igual que aquella de Acuña en el 3 a 0- y la del ex Arsenal fue correcta). Racing quedaba con dos jugadores más y el rival abierto buscando la heroica. ¿Que fue lo que pasó? Racing pasó.

Con el tiempo cumplido, entre Cristian Rodríguez y Benítez arman una buena jugada que encuentra a Lucero sólo, teniendo Racing superioridad numérica (!). El mendocino saca un derechazo bajo que no encuentra respuesta en Saja y se mete en el arco. 2 a 1 y faltaba el tiempo adicionado. Loustau dio tres minutos más (resultó claramente poco, pero es un tema a revisar en general: la falta de criterio para adicionar minutos por parte de los árbitros), y sabemos que tres minutos para Racing son como doce años para Barreda (?). Y sobre el final, casi se produce la mayor cantidad de infartos en simultáneo de la historia: un bochazo largo que peina Lucero y que le cae a Cuesta, que saca un derechazo violento que se va cerca del ángulo derecho del arco local.

Derrota con sabor a victoria para Racing, que hizo pesar el resultado en el partido de ida, a pesar de haberse dormido en los laureles y confiado demasiado en ese 2 a 0. Lo espera la llegada de un nuevo DT, aún con la incertidumbre de la continuación de su emblema Milito o la aparición de ofertas por Bou o Lollo. La clasificación a la Libertadores es la frutilla del postre para Cocca, que buscará dirigir en el exterior. El Rojo se despide dejando una buena imagen, con la certeza de que es posible pelear el campeonato de la mano de Pellegrino, a quien se lo miró de reojo al llegar al club y que con LA BU RO demostró que estuvo a la altura de las circunstancias. Si se refuerza bien en puestos claves o consigue un arquero con dos manos (?), el próximo año lo encontraremos en los puestos de arriba.

Banfield 1 (4) – Aldosivi 1 (3)

*Por Gancedo

Tras la victoria en territorio marplatense, el panorama para el Taladro era mas que auspicioso. Si bien la diferencia era mínima, Banfield contaba con dos armas de peso para enfrentar este partido: la localía y su peligrosidad como equipo contragolpeador, con un pincha velocista enrachado como Mauricio Cuero y un destapado Giovanni Simeone de cara al arco rival. Sin embargo, el desarrollo del encuentro sería completamente diferente a lo que se podía prever.

Aprovechando el resultado a favor, el equipo de Vivas salió claramente a esperar cual postura tomaría Aldosivi a fin de dar vuelta la llave. El dibujo táctico del Taladro acompañaba esa decisión, con un claro 4-2-3-1 con Cuero, Cazares y Villagra por detrás de Simeone. Pero Aldosivi, con poco nombre pero mucha actitud, salió mucho más decidido, como si no tuviera nada que perder o como si la idea del rival no fuera relevante. Un 4-4-2 que por momentos era 4-3-3, vasculando Lugüercio o Rosales por afuera, e incluso con Roger Martinez arrancando de más atrás. En esos primeros minutos en donde se prestaron la pelota, el visitante supo leer las intenciones de su rival. Lamberti estuvo constantemente encima de Cazares para cortarle la salida y la creación, cortando prácticamente en mitad de cancha y tomando a Banfield saliendo, lo cual permitió al Tiburón contar con una buena cantidad de jugadores en posición de ataque.

La primera acción de peligro fue justamente para los de Quiroz, cuando a los 12′ Galván no pudo rematar un corner que no despejó nadie y que terminó con un pif del marcador central. Dos minutos más tarde fue una pared entre el colombiano Martínez y Santiago Rosales (atenti a este chico), que terminó en una volea del juvenil que pasó muy cerca. Banfield recién tendría su primera chance a los 18′, con un centro de Bettini (probablemente en su única incursión en ataque) que cabeceó Simeone y que encontró bien parado a Campodónico. Aldosivi era más y lo demostraba en cada rincón de la cancha, incluso adueñándose del mediocampo ante un Banfield incapaz de agarrar la pelota. A los 23′ fue Rosales que desbordó a Bettini y lanzó un centro rasante que Lugüercio desvió pero con la desgracia que la pelota se levantó y fue a parar al techo del arco. Banfield seguía siendo un equipo inexpresivo que no podía sostener la pelota, aún con el esfuerzo de Nico Domingo por llevar adelante el ataque.

El Lago de los Perros Cisnes (?)

Cuando el reloj alcanzó la media hora de encuentro, Aldosivi se encontró con dos chances prácticamente pegaditas, donde una no entró de milagro y otra encontró bien parado a Bologna. A los 34′ fue Rosales, que poseído por el espíritu del extinto Mauro (?) se mandó entre dos rivales y definió al gol, pero Rodríguez salvó sobre la raya. Tuvo una más antes del final del primer tiempo, con un remate de Seccafien que obligó a la estirada del arquero local. El Tiburón claramente mereció irse en ventaja al vestuario, creando todas las situaciones mencionada aún prescindiendo de Sand (?), que encima mereció irse expulsado por un patadón de atrás justo antes del pitazo final.

En el segundo tiempo nada cambió: Aldosivi protagonista y Banfield esperando que pase algo (?). Resultaba inexplicable la postura del equipo de Claudio Vivas, que por momentos pareció desganado, como si no le interesa obtener la clasificación a la Copa. Pero si los marplatenses no se pusieron en ventaja antes fue por su propia impericia, ya que en diez minutos tuvo cuatro chances claras: a los 3′ Roger Martínez obligó a Bologna a dejar un rebote bastante accesible para Lugüercio, pero éste inexplicablemente la mandó afuera; a los 8′ sería otra vez Santiago Rosales quien disponga de un mano a mano, pero decidió fusilar al arquero y la pelota dio en la parte exterior de la red. A esa altura el panorama era claro: Aldosivi debía estar en ventaja y ya no sólo por un gol. A los 10′, fue otra vez el delantero colombiano quien erró su volea tras una mala salida del Beto. Finalmente a los 12′, Mauricio Cuero -de pésimo partido: empecinado en gambetear y correr hacia adelante sin sentido- se creyó Pupi Zanetti, quiso salir jugando en posición de lateral derecho y Sand le robó la bocha. El Pepe cedió al medio para Lugüercio, pero el Payaso no llegó a empujarla.¿Banfield? La nada Nisman (?). Ido completamente, sostenido por su arquero, Vittor y Domingo. Apenas un tiro libre bárbaro de Juanito Cazares que dio en el travesaño.

En el afán de obtener la ventaja, Quiroz mandó a la cancha a Miracco en lugar de Seccafien, algo que no le sería beneficioso ya que perdería un poco la tenencia de la pelota y la presencia en la zona central. Incluso el libreto hasta allí perfecto se terminaría de ir al diablo con la lesión de Rosales, perdiendo el desborde por aquel lado. Aldosivi dejó de ser tan punzante y comenzó a desordenarse. Pero el fútbol tiene esas cosas: dejás de atacar… y haces un gol. A los 27′, Lugüercio aprovecha que Nico Domingo lo pierde y anticipa en el primer palo un corner desde la derecha: cabezazo de pique al piso y adentro. 1 a 0 recontrahipermerecido para el visitante. Los penales estaban asegurados y no era descabellado pensar en otro gol más. Pero los dos jugadores ingresados en el segundo tiempo no eran de las mismas características de quienes reemplazaron, lo que contribuyó al desorden mencionado anteriormente. Banfield pudo haberlo aprovechado de otro modo, pero ni eso. Y así como el visitante se encontró con el gol en su peor momento, los de Vivas se toparon con el empate a dos de final, cuando Lucas Viatri (reemplazante de Simeone cuando promediaba el complemento) cabeceó un tiro de esquina ejecutado magistralmente por otro ingresado, Walter Erviti. 1 a 1 mas que inmerecido por lo hecho a lo largo del encuentro. Incluso pudo terminar en derrota visitante, cuando en un contragolpe Cazares casi lo liquida en un mano a mano pero su definición se fue apenas ancha ante el achique del arquero.

El final del encuentro dejó la clásica imagen: los derrotados de rodillas y los vencedores a pleno festejo. Pero dentro de esa postal, se encontraban mezcladas muchas cuestiones, ya que Banfield hizo una muy buena campaña a lo largo de treinta fechas pero en el mata-mata final no mereció tanta suerte. Aldosivi pudo haber obrado el milagro, pero pagó cara la derrota como local. Será justamente ese el ítem a revisar para hacerse fuerte el próximo año de cara a la lucha por no descender.

Belgrano 1 (2) vs. Colón 1 (1)

*Por U Rola

En un MAK de terreno mojado y con rayones de barro cual Actua Soccer 3 (?), el Pirata buscaba asegurar el lugar a la Sudamericana. Y lo logró, pero sufriendo muchísimo frente a un Sabalero que bastante premio parecía haber tenido al llegar a esta instancia.

Y fue sufrido no sólo por el resultado global en sí, sino por el desarrollo general. El Negro arrancó el partido con similar intención que en la ida, pero con mejor realización; algo que no sólo fue valorable, sino también una ruptura al manual de cómo jugar cuando la cancha pinta para barrial: poco pelotazo a dividir y mucho intento de triangulación, pases cortos y desborde por las bandas, donde esta vez Llama se encargó de cagarse en el MVP que le dí la semana pasada (?). Por suerte para el equipo santafesino, pudo atacar bien por su derecha, logrando a los 18 minutos enhebrar por ese sector una jugada con desborde, centro atrás, y la aparición de ese conchita de Orión aunque sin escopetazo feliz (?) llamado Pablo Ledesma para entrar al área y definir al palo izquierdo del novio chileno Olave.

Quizás si hubiera mantenido su postura, estaríamos hablando hoy de un milagro santafesino mayor que los milagros realizados por la virgen que se choreó Garcé (?). Pero si en general suele ser difícil, ni hablemos de pedirle eso a Colón en general y a este Colón 2015 en particular. Por lo que durante la hora posterior vimos la vuelta del Sabalero a oscilar entre esa intención sin resultados -sobre todo hasta el final del primer tiempo- y la tentación real -sobre todo en el complemento- a replegarse y esperar que las almas piratas citadas en el ex Chateau Carreras obraran como presión y acicate al local a descuidar sus modos en pos del empate tranquilizador.

Y, hasta los 36 minutos del complemento, esa estrategia pareció eficaz, sobe todo porque el local, salvo una ráfaga a los 10 minutos de esa segunda mitad -con tres sucesivas estiradas de Jorge Broun-, no parecía contar con demasiados argumentos -mas aún, cuando encima Colón se reducía a la defensa, al quedarse con uno menos por expulsión de ese Jorge Martínez por izquierda llamado Clemente Rodríguez-. Pero, justamente, fue en esos 36 minutos donde, de un simple y silvestre lateral ofensivo por derecha, Lucas Zelarrayán -de posible futuro en Brasil o un equipo DOCHOS random- centraría al área grande, donde un Mauro Óbolo en las cercanías del área chica impulsaría el balón contra el palo derecho de Fatura, desatando el desahogo en el estadio y mandando al carajo a los profetas del morbo (?) de los penales. Apenas quedó tiempo para que el Cuqui Márquez, aún siendo el autor del 1-0 de visitante, pida la rescisión de contrato tras agarrarla de volea, solo y en el área chica y mandarla a lo de Buzz Lightyear (?).

Óbolo hace goles en primera y vos no

Así, con MUCHA angustia, mas de la pronosticada, el Celeste vuelve a clasificar a la Sudamericana. Entre los abuelos Olave y Farré, y las partidas -Zelarrayán casi seguro, Rigoni como chance-, Zielinski deberá barajar y meter alguna renovación si quiere demostrar que la clasificación no fue al pedo. Por el lado de Colón, decoró con dignidad una serie que pintaba mucho mas despareja. Quizás con alguien que la meta y un refuerzo por línea, el loco Franco pueda terminar de dar forma a su idea: en esta serie se ganó el derecho a la confianza.

Estudiantes 4 (5) vs. Olimpo 0 (0)

*Por EL GORDO CUCU

En el último partido de Gabriel Milito en el banco del pincha, Estudiantes de La Plata se metió en la Copa Sudamericana goleando a un rival que fue a dar vuelta el resultado de la ida con una propuesta austera. Pero nada tiene que reprocharse Diego Osella, quién llegó a este cotejo con un plantel diezmado -entre lesionados y suspendidos- que lo obligó a realizar cinco cambios con respecto al partido en Bahía Blanca. Se hizo lo que se pudo. Y Estudiantes, jugando de local en la cancha de Arsenal, pudo hacer esos 4 goles en el lapso de 15 minuto con los que pudo borrar la imagen de un primer tiempo espantoso, en el que parecía que los jugadores sólo estaban pensando en cómo repartirse las fiestas con la señora (?).

Damonte votó por… Bob (?)

Ahora vamos a hablar de fútbol, por eso vamos a arrancar con lo que ocurrió en el minuto 42 -exímanme de describir lo que pasó en los primeros 41 minutos de cotejo (?)- cuando Estudiantes pudo romper la monotonía de un partido que lo tuvo como protagonista excluyente de una posesión sin profundidad. Gastón Fernández arranco en diagonal por el lado derecho hacia el centro, le pasó la pelota a Israel Damonte quien desde el centro de la cancha abrió el esférico para el sector izquierdo en donde se encontraba solo Carlos Auzqui, éste habilitó a Juan Sánchez Miño que entró corriendo por el área y antes de que la pelota se vaya afuera, sacó un centro atrás que encontró la cabeza de Fernández para decretar la apertura del marcador. Luego, abrazo sentido con su DT y finalización del primer tiempo.

El segundo tiempo fue todo lo contrario al primero. Ya antes de que se cumpla un minuto de juego Estudiantes pudo ampliar la ventaja en una jugada similar a la del primer gol: desborde dentro del área, centro atrás y gol. Esta vez los protagonistas fueron Ezequiel Cerruti, quien desde la derecha descargó hacia el centro; Gastón Fernández, quien recibió y le devolvió el balón a Cerruti; y Sánchez Miño, quien entrando desde la derecha definió simple al recibir el pase de primera su compañero. Dos goles calcados: aprovechamiento de las bandas, pique dentro del área, centro atrás de primera, y jugadores ingresando por el centro sin que ninguna marca los moleste. Dos minutos más tarde lo mismo, Damonte cruzó la mitad de la cancha y habilitó con un pase largo a Cerruti, quien tomó el balón ingresando al área y envió un centro atrás, solo que esta vez no pudo conectar el compañero que venía por el centro y en cambio sí lo hizo Néstor Moiraghi, quien mandó el balón al córner. De ese tiro de esquina vino el tercero ¿la jugada? similar, acertó (?). Jugado en corto, aguantó Fernández, cedió atrás para Cerruti que se escapó para el centro y habilitó a Álvaro Pereira, quien entrando al área sacó un centro atrás (no, no es un copy-paste (?)), aunque que esta vez entre Nereo Champagne y la defensa despejaron el esférico pero no el peligro, ya que Leonardo Gil se hizo con la pelota y sacó un tiro exquisito a colocar  que dio en el palo derecho del portero bahiense y cuyo rebote fue aprovechado por Pereira quien definió con cara interna para poner el tercero. Pero el cuarto fue distinto, eh? (?) Olimpo totalmente desencajado, yendo a buscar el descuento jugaba cerca del área de Estudiantes, Orlando Gaona Lugo quiso enviar un centro, la pelota rebotó en un jugador pincharrata y ahí se disparó una contra eutanásica (es que Olimpo ya estaba muerto hace rato) que comandó Fernández en un 5 contra 2. Sólo tuvo que avanzar con la pelota, habilitar a Cerruti que ingresaba por su derecha para que éste defina con caño incluido ante la salida de Champagne. Gestito de perdón hacia la parcialidad de Olimpo, una de las mayores beneficiadas por esta vuelta hemipléjica de los visitantes que tiene el fútbol argentino y cierre del partido al minuto 11 del segundo tiempo.

El conjunto platense pudo despedir a su técnico, cansado del reproches y amenazas de sus hinchas por no respetar el ADN bidonístico futbolístico de la institución, logrando uno de los objetivos planteados a comienzos del año. Ahora Estudiantes deberá buscar un DT rápidamente para encarar un 2016 que lo tendrá disputando el torneo local, la Copa Sudamericana y la Argentina. Ya suena Palermo Claudio Vivas.

Gimnasia y Esgrima La Plata 1 (1) – Lanus 2 (3)

(*) Por Kipzy

El último partido del año en la primera de nuestro fútbol tuvo como desenlace algo repetido a lo largo de todo este mamarracho de 30 equipos: a pesar de ser un cotejo disputado y tenso, terminó dándose la lógica. Si bien Gimnasia puso todo de si en un esfuerzo para emparejar la serie, Lanus demostró por qué fue mas a lo largo del año y por que terminó clasificando: un rendimiento colectivo superior, sólido, maduro, sumado a individualidades desequilibrantes en ataque marcaron la diferencia y la superioridad. No es casualidad que varios equipos que si llenan la cancha pretendan hacerse con los servicios de los mellizos Barros Schelotto, otrora ídolos de la institución de la que hoy fueron verdugos.

En ese metier empezó el partido en el bosque: un Lanus mejor parado pisó campo rival atacando con velocidad y buenas combinaciones entre sus delanteros y con ello obtuvo dos remates peligrosos a cargo de Ayala, el primero desde la derecha con tres dedos que se fue apenas alto y el segundo en forma de tiro libre desde la izquierda, ambos con la violencia acostumbrada por el jugador paraguayo. Y a los 16 minutos, el fantasma de Ladriverni (?) volvió a aparecer en el bosque: Navarro salió a cualquier parte cuando Almiron ingresó al área en diagonal hacia la izquierda y hay un aparente derribo del arquero al delantero que Delfino no dudó en cobrar. La repetición nos mostró que no hubo penal en absoluto, generando que Raimundi desee que se vayan a dirigir a Nepal o al congo. El Laucha Acosta pateó el penal al medio engañando a Navarro para poner el 0-1.

Los brillantes referees que supimos conseguir

La bronca inyectó ánimos en el lobo que fue al frente para revertir el resultado adverso. El lobo salió de la cueva en busca del empate y ya Lanus no volvió a atacar durante el primer tiempo. A los 35 minutos, Fritzler flasheó (?) que Maxi Coronel era su novio y le dio flor de abrazo en un tiro libre. Mazzola cambió el penal por gol definiendo a colocar hacia su derecha mientras el guardavallas se había inclinado hacia el otro costado. El conjunto local cambió la imagen en los últimos minutos. Si bien el partido bajó en intensidad y ritmo, se vio un Tripero mejor parado que en el arranque donde pareció entregado.

Nicolás Mazzola, el protagonista excluyente del match

En el segundo tiempo, hubo un empujón claro y desde atrás a Acosta cuando el rápido delantero ex Boca ingresaba al área mano a mano con Navarro. Delfino optó por compensar y no cobrar el penal a sabiendas del error que cometió en el primer tiempo. De hecho, a los 12 minutos expulsó a Almirón por cometer una falta similar en la mitad de la cancha (el delantero ya estaba amonestado).

Los troglioditas ya habían salido dispuestos a jugársela con el ingreso de Medina por Bonifacio en el entretiempo y tras la expulsión entró Rojas por Brum para ir con todo al ataque. Lanus se replegó casi entero contra su propia área para defender la ventaja y ocupar los espacios.

Se vivió media hora de tensión en la que el granate no conoció lo que fue cruzar la mitad de la cancha y toda la hinchada se mantuvo expectante a que llegara el gol que mandara la serie mas pareja de la Liguilla a los penales, pero ese gol nunca llegó. En parte, fue por la falta de ideas en ofensiva por parte de Gimnasia, que al encontrarse con tanto defensor en el área de Ibañez se repitió en centros anunciados fácilmente controlados por el arquero. Y por otro lado, cuando si contó con chances claras de gol, las mismas fueron increíblemente desperdiciadas por su centrodelantero Mazzola quien consecutivamente se encontró tres veces de cara al arco y no lo pudo conseguir. A los 31′ un desborde de Rojas por el costado derecho fue seguido de un buscapié que el delantero no pudo empujar en el segundo palo con su pie izquierdo y la dejó en las manos del arquero. Luego, tuvo un mano a mano en el que definió de manera floja y mas tarde ensayó una chilena tras un centro aéreo desde la derecha pero la pelota volvió a terminar en las manos de Ibañez quien no debió hacer mucho para atajarlas, simplemente fue pura impotencia del 9 basurero.

Casi en tiempo cumplido, un nervioso Rinaudo se fue expulsado por Delfino ante la bronca de no haber podido convertir el gol y eso le permitió a Lanus volver a atacar. El 10 vs 10 que estaba ahora en la cancha se convirtió en un contragolpe 4 vs 2 comandado por Roman Martinez quien abrió hacia la izquierda para Di Renzo quien entrando al área la cruzó para meter el 1-2 definitivo.

Guillermo: «pidieron 9 empanadas, 5 de carne y 5 de Jamon y Queso» Gustavo: «siempre contando el mismo chiste, UOFF»

Troglio deja Gimnasia tras cuatro años de trabajo en los que contó con casi nada para trabajar, y con eso hizo mucho. Si bien no logró meter al mens sana en un torneo internacional y se fue de la conferencia de prensa visiblemente emocionado y triste, se lleva un merecido homenaje de los hinchas en la previa al partido, quienes lo recordarán siempre con cariño.

Goles

Clasificados a la Copa Libertadores 2016

River Plate, Boca Juniors, San Lorenzo, Rosario Central, Racing Club y Huracan,

Clasificados a la Copa Sudamericana 2016

El ganador de la Supercopa Argentina (Boca Juniors o Rosario Central), Independiente, Belgrano, Banfield, Estudiantes y Lanús.