Habemus Ballotage

No sólo de elecciones sorpresivas y derrotas dignas vive el hombre. También hubo fútbol patrio en el territorio federal dominado por los salvajes unitarios de Primera División. Los dos equipos que aún tienen posibilidades de llevarse el coso de 30 equipos grondoniano lograron imponerse en las semifinales y, tras recibir sendos cheques, definirán el ganador de la cuarta edición de la Copa Argentina. Boca sometió durante los 90 minutos a un aturdido y golpeador Lanús mientras que Central sigue disfrutando de los goles de Marco Ruben para derrotar por la mínima diferencia al cocalero Racing. El fútbol ya gano (?).

Boca 2 – Lanús 0

(*) por Cachengue

En tierras sanjuaninas, Boca superó su trauma lavolpeano de la semana pasada ante Racing y ganó al galope a Lanús, equipo ciego de furia y no justamente por las aguas encianuradas de estas tierras cuyanas. El equipo de GBS se olvidó de su idea original y se dedicó a protestar como supo hacerlo el Mellizo en sus épocas de jugador pero se olvidó del juego y la picardía del Schelotto en tiempos de pantaloncitos cortos.

La ráfaga de buen fútbol le permitió capear el partido a la Vasconeta, que volvió a apostar a Luciano Monzón ante el peaje permanenete que proponía Nicolás Colazo. Apostó a dominar su rival y a la pelota desde el comienzo. Una vieja receta que empezó a pagar dividendo a eso de los 10 minutos cuando Marcelo Meli madrugó a Diego Bragheri quien le pegó un sordido manotazo tras un aún más torpe resbalón. Penal hasta en rugby que el árbitro Saúl Laverni no dudó en cobrar. Tras un minuto de protestas estériles y alguna que otra amarilla contra el equipo granate, Nicolás Lodeiro tomó la responsabilidad de patear la pena máxima. Un remate elevado al medio del arco dejó fuera de escena a Matías Ibañez y estableció el 1-0.

La boca llena de…

A partir de allí Boca tomó el control del partido, con una fluida circulación de la pelota recordando los esporádicos momentos de buen fútbol que nos puede regalar el equipo del Vasco.  Mientras tanto, los jugadores del granate empleaban justicia por botín propio cargándose de faltas y tarjetas en rojo como recién divorciada (?). Flojito en todas sus líneas, con un Roman que lejos esta de ser El Mejor y sin gravitar en ningún momento, siendo un simple espectador cuando prometían en la previa jugar el partido del año. La realidad es que lo jugaron como el resto del año: mediocre y sin muchos resultados positivos. PP8 se solidarizó con sus rivales y también se llevó su amarilla por partido (?).

A los 31 llegó la jugada yogurísimo-pepsi-apache del match (?). Desde el botín de Monzón partió el pelotazo de KO para Tévez que sacó a pasear la cintura al uruguayo Gustavo Gómez y enfiló hacia la humanidad de Ibañez a toda velocidad. El arquero con apellido de plomero (?) se comió alto tunel producto de una genial definición de derecha de Vidal Carlitos que selló el 2-0. De paso se dio el famoso abrazo de El Padrino II con Agustín Orión. Boca apretó aún más cuando TPOTP dejó a las orejas de Meli en perfecta posición para habilitar a Lodeiro por el medio. César definió por su cuenta y su remate se fue desviado.

Carlitos comprueba que la camiseta sea oriyinal (?)

El segundo tiempo estuvo al pedo como acto de Anibal Fernández (?), donde Boca hizo la plancha pero siempre llevando peligro al arco rival. De hecho, tuvo dos ocasiones para aumentar la ventaja. Tevez conectó de cabeza sin acertarle al arco mientras que Lodeiro convertía su posibilidad… en posición adelantada por lo que fue correctamente anulado. El DT favorito de Daniel Angelici intentó cambiar el rumbo con los ingresos de Sergio Almirón y Junior Benítez. El delantero paraguayo tuvo rebeldía y encaró varias veces a los defensores rivales, que podían clavarse un Resero de tetra entre los cuatro y nada hubiera cambiado. Román Martínez tuvo el unico remate de peligro de Lanús pero Orión supo contenerlo. Allí murieron las esperanzas del conjunto del Sur del Gran Buenos Aires. Por lo que ahogó sus penas en más patadas. Una vendetta en forma de botinazo significó la expulsión para Gómez que revoleó a Tévez a los 36 minutos del segundo tiempo e hizo sonreir a Ham al menos un ratito (?). Sobre el final,  Matías Fritzler zapateó de lo lindo a Gino Peruzzi y se ganó la segunda roja del partido.

Vasco, esperame un poquito más… hasta las elecciones.

Para el equipo de Guillermo se termina un año futbolístico sin brillo, mucha paranoia arbitral y un mitadtableo con una rápida despedida de la Sudamericana. Desaprovecho su oportunidad y su «partido del año» no distó mucho de su producción en 2015, un mal año sin duda para ser Díaz Pérez. Boca, sin brillar, se llevó el cheque gigante y la posibilidad de ir por la doble corona ante Central. Como en el país, el macrismo xeneize buscará festejar en noviembre por partida doble.

Yie Ar Kung-Fu

Nota de LRF!: Sólo falta que Tévez le pida a Titi Fernández que le de el beso de la muerte a Orión.

Colazo al Banco. A los hinchas de Boca les gusta esto (?)

 

 

Rosario Central 1 – Racing 0

(*) por Maxi

El Central de Coudet parece tener esa capacidad saiyajín de mejorar después de cada batalla. Premio a su madurez y su fútbol bien logrado, llegó a las instancias definitorias de las dos competencias que disputa, y aseguró su presencia en la cita máxima a la que puede acceder. Fue 1 a 0 con gol de (¿cuándo no?) Marco Ruben, en un duelo parejísimo por la intensidad táctica y futbolística. Spoiler del resumen: canalla a la final y a la Libertadores.

Al principio se midieron mucho. Desniveló primero Central de contra: comandó Montoya y encontró acertadamente a Larrondo por izquierda (Pancho Cerro salvó sobre la línea). Respondió Racing de pelota parada con Nico Sánchez estrellando la pelota en el palo izquierdo de Manuel García. Cuando Beligoy ya tenía el pito en la boca y se disponía a dar por finalizada la primera mitad, la noche salteña dio un giro.

Los primeros sesenta minutos del choque fueron de rigor táctico y duelos finos, luego la última media hora se jugó con más apuros y menos apego al libreto. Cocca se decidió por un tándem de tres volantes centrales (Videla-Cerro-Aued), poblando el mediocampo y dejándolo inutilizable. No dejó salir de la cueva con pelota dominada a Nery Domínguez ni a los zagueros. Colocó a dos extremos a encimar a los laterales. Central, por su parte, adelantó las líneas y no regaló un metro, dejando escasa distancia entre Salazar-Álvarez y Larrondo-Ruben. También se replegó en conjunto con un enorme despliegue físico defensivo de todo el frente de ataque.

Pero, volviendo al desarrollo del encuentro -ya en tiempo recuperado en la primera mitad-, Giovani Lo Celso, de inestable actuación hasta allí, recibió sobre la banda izquierda, giró ridiculizando a Videla, envió un pase a la cabeza de Marco Ruben, y el goleador abrió el marcador. En una batalla tan reñida, tan pareja, el que primero pegó despegó. Dos equipos de élite en el máximo de su potencial, disputándose cada centímetro.

La grulla del gol (?)

Lo Celso (que tiene apenas 19 años) arrancó nervioso. Alternó buenas y malas. Se equivocó una y otra vez. No paró de resbalarse. Pero se olvidó de eso, su mente dejó de lado por un segundo lo que se jugaba su equipo. ¿Saben qué fue lo más sorprendente? Lo decidido que estaba el pibe. No lo dudó ni un segundo. ¿Cómo funciona la cabeza de los enganches? Es todo un misterio.

Pese a irse al descanso perdiendo, Cocca no movió el tablero de fichas. Sí salió Racing a tomar más riesgos, y le generó complicaciones a la defensa canalla en los primeros minutos de la segunda mitad. De todas maneras, el aluvión amainó rápido. La tónica del partido cambió cuando se habían jugado ya alrededor de sesenta minutos. Se liberaron espacios, se cometieron más errores, el nerviosismo pesó más. Los de Coudet generaron mucho de contragolpe, con Larrondo dando clases de cómo jugar de espaldas. Lo Celso y Montoya comandaron contraataques pero sin incomodar nunca a Saja.

El ingreso de Diego Milito y Óscar Romero hizo que todo se juegue más cerca del arco de Manuel García. El Melli intervino con éxito en absolutamente todas las ocasiones. Además, una media vuelta de Milito rompió el palo. La cuota de suerte es indispensable, y acompaña a todo buen equipo. “Parece que este es el año de Central”, ironizaba el símil-Francescoli pos partido. A los 71, Nicolás Sánchez fue bien expulsado por patear de atrás con vehemencia a Marco Ruben. Y, a los 86, G10 Lo Celso recibió la segunda amarilla por un foul infantil y evitable. Un Central concentrado, un Racing que atacó con empuje mas sin creación y el azar del lado del termo rosarino decidieron la semifinal.

Coudet disfruta de la clasificación a la Libertadores mientras Garcé bajonea con los alfajores salteños (?).

#LaConchadetumadreAFA: El estado del campo de juego del Padre Martearena era impresentable. Lleno de pozos y resbaladizo, empobrece el espectáculo y pone en riesgo innecesariamente a los protagonistas. No se explica cómo pudieron haber hecho esto mal. Además, el arbitraje de Delfino fue pobre. El fútbol argentino crece muy a pesar de los que toman las decisiones.

COPA ARGENTINA

FINAL

MIERCOLES 4 DE NOVIEMBRE (HORARIO A CONFIRMAR)

ESTADIO MARIO ALBERTO KEMPES (CÓRDOBA)

ROSARIO CENTRAL – BOCA JUNIORS