De héroes a horribles (y viceversa): Angola vs. Mali (2010)

Segundo tomo (?) de la sección favorita de aquellos que disfrutan de los goles y las pecheadas, de los que sueñan con ser el autor del gol heroico y que te recuerden por siempre, por mas malo que seas. Hoy les traemos una historia desde el continente africano, ese lugar donde se hace presente todo tipo de magia: la negra, la que nos asombra y la que hace desaparecer cosas. Sin mas preludios… imagenes, ya!

Nos vamos para Luanda, capital de Angola, ese país donde Guillermo Moreno y CFK son rockstars (?). Unos años antes del desembarco comercial de nuestro país -mas precisamente en el 2010-, la ex colonia portuguesa albergó la Copa Africana de Naciones por primera vez. El futbol angoleño atravesaba por una etapa de gran crecimiento: cuatro años antes habían clasificado al Mundial de Alemania (donde no pasarían la fase de grupos) y ahora, como organizadores de la máxima cita del continente, buscaban consolidarse como un serio candidato a pelear contra las grandes potencias de Africa. Toda esta idea se fue al carajo cuando dos días antes del inicio de la Copa, un supuesto grupo terrorista le dio la bienvenida al micro que transportaba al plantel de la Selección de Togo con una lluvia de balazos que duró 20 minutos (!). El ataque estaba dirigido contra las Fuerzas Armadas de Angola que protegían la comitiva togolesa, pero a los muchachos enfierrados les importaba un pito el daño colateral. Tal es así que murieron el chofer del bondi, el jefe de prensa y un asistente del plantel, sin dejar de mencionar que varios jugadores sufrieron serias heridas. Ante esta situación, la Federación de Fútbol de Togo decidió retirar el equipo. Obviamente, recibió el apoyo del Comité Organizador de la Copa («no sé porque vinieron en micro: les habíamos avisado a todos los equipos que no lo hicieran», declararía uno de sus miembros) y de la FIFA, que castigaría su abandono (?) con la imposibilidad de participar en las dos proximas ediciones de esta Copa (aunque después levantarían la sanción). Unos fenómenos. Ah, por cierto, estaba siendo sarcástico.

Con un clima completamente enrarecido, el 10 de enero daría comienzo la competición. El partido inaugural sería entre el organizador y la selección de Mali. Las palancas negras contaban como principal figura a su localía (?), ya que la presencia de Manucho (hoy jugador del Rayo Vallecano) y de Mantorras -alguna vez comparado con Eusebio (!) y candidatazo a aparecer en Pintaba para crack– no era garantía de nada. Por el otro lado, los visitantes sí tenían nombres de verdadero peso: Frederic Kanoute (Sevilla), Seydou Keita (Barcelona), Mahamadou Diarra (Real Madrid) y Momo Sissoko (Juventus), sumados a otros que tenían un buen presente en la Liga 1 de Francia. Sabemos que el fútbol africano suele ser alegre, rápido y con poca predisposición al orden táctico, con lo cual podía esperarse un partido abierto. No obstante, había que ver qué prevalecía más: si el peso de un estadio con 50.000 angoleños haciendo macumbas metiendo presión, o las individualidades de un equipo con muchísimo mas roce y experiencia en ligas europeas.

El partido dio inicio tras un minuto de silencio vergonzoso, que ni siquiera llegó a ser un minuto (cortaron a los 30 segundos) y en donde ninguno de los equipos llevó un brazalete negro u otro distintivo que demuestre luto o repudio por lo sucedido. En lo que acciones de juego refiere, ya en los primeros tres minutos hubieron tres infracciones y pintaba para partido friccionado. Lo más destacado de los siguientes treinta minutos fueron un remate de afuera del área de Flavio que contuvo Sidibe y  los dos cambios por lesiones -uno en cada equipo- producto de la aspereza con la que se jugaba. El resto del tiempo se la pasaron prestándose la pelota uno al otro con inútiles bochazos buscando a los grandotes que jugaban de 9. Hasta que a los 36′, se empezó a sentir el peso de los billetes en el bolsillo del árbitro de la localía: de un foul inexistente sobre Manucho, Gilberto ejecutó un centro preciso a la cabeza de Flavio, que habilitado remató practicamente abajo del arco para decretar el 1 a 0. Locura total en el Estadio 11 de Noviembre (nombre que responde al día de la Independencia sobre el dominio portugués), no sólo por la apertura del marcador sino también por su autor, ya que Flavio es uno de los históricos: es el segundo jugador con más presencias y más goles en el conjunto nacional (30 goles en 73 partidos) y además tiene el honor de ser el autor del único gol de Angola en un Mundial. Empujado por su público, fueron a buscar estirar la ventaja para irse tranquilos al entretiempo. Ventaja que no tardó en llegar, ya que seis minutos después el propio Flavio anticipó un centro de Mabiná al punto del penal y con otro cabezazo y si boludo, obvio que es otro, no va a ser el mismo que el anterior… ay ay ay, estos periosidas (?) puso dos de ventaja antes del descanso.

Todos se acercan a abrazar al goleador Flavio. Así se festejaba el primer gol de Angola.

En el inicio del complemento el equipo visitante salió con otra actitud, buscando revertir un primer tiempo muy Mali (?). En menos de diez minutos le creó tres acciones de real peligro a su rival, cosa que no había hecho en toda la primera etapa: un tiro libre de Keita muy picante que tras un barullo rechazaron al córner, un remate de Diarra dentro del área chica que el arquero Carlos tapó de manera brillante y un intento de Kanouté desde afuera que tenía destino de gol pero que Gilberto logró desviar con la cabeza. La siesta santiagueña angoleña duró hasta los 15′, cuando se avivaron que habían hecho dos goles de cabeza y dijeron «che boludo, me parece que hay que tirar centros cruzados eh». Bueno sí, está bien: en portugués (?). Ahi fue donde otra vez Mabidá se la puso en la cabeza a Manucho, que con una palomita anticipó a Diamoutene (otro que se la pasó durmiendo) pero su remate se fue desviado. Era evidente el descalabro que tenía atrás el visitante y que Angola no sabía aprovechar. Hasta que a los 20′ Bagayoko bajó de manera torpe a Gilberto adentro del área y el referí cobró penal. El propio jugador dijo «lo pateo yo» y anotó el 3 a 0… pero el juez ordenó ejecutar nuevamente por invasión de área. Gilberto no fue ningun gil (?) y cambió la dirección del remate, esta vez pateando a su izquierda. Los anfitriones sacaban tres de diferencia ante el rival mas fuerte del grupo, dando así un paso gigante hacia la clasificación a Cuartos de final. Y hablando de cuartos… a los 26′, en un ataque aislado Gilberto busca desbordar la marca de Keita que trata de evitar el contacto, pero éste se tira al ingresar al área y el sorete de negro susceptible a sobornos árbitro indicó nuevamente el punto del penal. Esta vez fue Manucho, quien pidió el penal bajo la excusa de «ay si, el delantero vive del gol, le da confianza» y toda esa estupidez y marcó su gol. 4 a 0. Locales. Fiesta. Minas en bolas, tipos garchando. Nada puede malir sal.

Con el abultado resultado a su favor, el estadio es una caldera y los jugadores lo sienten. Hasta el ídolo Flavio se anima a tirar lujitos. Pero a falta de 12′ minutos para el final, un córner de Yatabaré Viudez se le escapa inexplicablemente de las manos a Carlos y tras un barullo en el área, Keita puntea la bola para anotar el 1-4 y hasta agarra la pelota rápido para llevarla al medio. Demasiada fe, macho. Hiciste un gol en casi 80 minutos, querés hacer tres en menos de 15… en fin, Angola ni se preocupó. Mabiná tuvo una más pero se fue afuera y pocos minutos después, el DT sacó a Flavio y a Gilberto para que se ganen la ovación. La idea era dejar correr el reloj hasta el final, tirándosela al paquete de Manucho para que la aguante. A los 42′, un lindo centro de Tamboura es cabeceado por Kanouté, que por fin aparecía tras esconderse todo el partido. 2-4, no pasa nada, total faltan tres minutos…

Kanouté le gana de arriba a Kali, que no llega a arrancarle el corazón (?) a la pelota.

El referí adiciona cuatro minutos correctamente, dado que hubo seis cambios y los locales alguna que otra vez demoraron un poco las acciones. Dale, terminalo, esto ya está, era la frase mas oída en el estadio. Se ve que estaban mas que confiados los locales. El temita es que a los 47′, un centro de Berthé sobró a toda la defensa (por favor miren el video, inexplicable como los angoleños marcan con tan poca gente faltando tan poco para el final) y otra vez Keita, de volea, ponía las cosas 3-4 a falta de dos minutos para cumplirse el adicionado. Entre que acomodas la pelota para sacar del medio, te acomodas las medias, te puteas con tus compañeros… ¿cuanto se tarda? ¿Un minuto aproximadamente? Ya está, listo, cuidamos la pelotita y a otra cosa. Bueno, se ve que estos de Angola eran unos zapallos (?). Porque a los 47′ 30» sacaron de mitad de cancha, y a los 48′ 30» ya les estaba lloviendo un centro. Otra vez duerme la defensa, Kanouté anticipa de volea y obliga al esfuerzo del arquero, que despeja bien hacia un costado. Pero el defensor Rui Marques venía en modo pelotudo hace rato, ya que había perdido la marca en el anterior gol. En este nuevamente se demoró una milésima en despejar y apareció Yatabaré para marcar el milagroso 4 a 4. Un mundo de cemento silenciado por un gol que jamás se pensó que podía llegar. Lo unico que se escuchaba eran los retos del arquero a su defensor: ¡Te dije que Marques, Rui! (?). Las caras de los angoleños eran indescriptibles. Cuatro goles en 16 minutos. De local y contra un equipo que jugó horrible todo el partido. Las crónicas dicen que Mali rescató un puntazo. Quien escribe estas líneas sostiene que Angola se los dejó afanar al mejor estilo inspector de billeteras.

El festejo de Mali tras el final del encuentro. El que salta bien alto es el que perdió la marca en los dos goles de cabeza de Angola, sin (?).

A pesar del empate, para tranquilidad de los jugadores angoleños que temían sufrir la misma suerte que el micro de Togo al siguiente partido vencieron a Malawi 2 a 0. En la ultima fecha sellaron la clasificación con un vergonzoso empate 0 a 0 contra… Argelia. Sí, los mismos que sufrieron el bochorno del Alemania – Austria del Mundial ’82, se cagaron en todo e hicieron lo mismo. Pero detrás de esto hay una leyenda que aún sigue siendo motivo de conversación en Angola. El rumor que aún resuena es que la propuesta de arreglar el empate fue hecha por los locales y no por los argelinos. ¿El motivo? Facil: 1 gol, 90 minutos (?) no querían ver ni en figuritas a Mali. Si Angola vencía a Argelia, lo más probable era que sea Mali quien pase a Cuartos de final, ya que jugaba con el más debil del grupo, Malawi. A pesar que el partido se jugó a la misma hora para evitar sospechas, la noticia de que Mali ganaba 2 a 0 a los 3′ minutos del primer tiempo terminó de afirmar lo convenido. Empatamos, clasificamos y que se caguen los que nos cagaron. De poco serviría esto: en la siguiente instancia, los locales caerían por 1 a 0 frente a Ghana, a la postre finalistas del certamen. El campeón sería Egipto, quien vencería por la mínima y casi sobre la hora al conjunto ghanés.

Por favor, mátenme.

Obviamente para el final, los dejo con lo que todos queríamos ver: ¡escenas de desnudos! el resúmen con los goles. Ambos videos contienen lo mismo, pero vale la pena escuchar el relato en portugués.