Pintaba para crack: Giuliano Maiorana

La Refundación sigue renovándose día a día. Hoy les traemos esta nueva sección, que nos sumergirá en historias de jugadores que pudieron ser figuras y por diferentes motivos, no los recuerda prácticamente nadie. Nuestro primer homenajeado será Giuliano Maiorana, un joven amateur que en cuestión de poco tiempo, pasó del sueño del pibe a la pesadilla: de jugar con amigos en el barrio a debutar en un grande de Inglaterra, para luego desaparecer sin rastro alguno… hasta hoy.

Giuliano “Jules” Maiorana nació el 18 de Abril de 1969 en Cambridge, Inglaterra. Hijo de padres italianos (más precisamente de Avellino), era el típico atorrante que lo único que le interesaba era la pelotita, que era su escapatoria a las obligaciones escolares. Tal es así que, tras una prueba fallida a los 14 años en el Cambridge Utd., los padres le dijeron “si no vas a estudiar, andá a laburar”. Fijensé cuan grandes eran sus ganas de estudiar, que se puso a trabajar en una panadería de lunes a sabados. ¿Los domingos? Ni en pedo: eran sagrados para él. Era día para jugar la Sunday League, una liga recontra amateur, también llamada Pub League, en clara alusión a un montón de borrachines que buscan molerse a patadas y codazos un grupo de amigos que paran en un bar y se desafían con otros de su misma calaña. Cabe destacar que la Sunday League no está bajo la jurisdicción de la FA, no obstante lo cual me sigue gustando el cabaret son bastante tenidas en cuenta, ya que cada tanto aparece algun pibe prometedor, como el caso del que trata este post. No suele ocurrir en líneas generales, pero si un equipo anda bien (y cuando digo bien quiero decir pasearse en pija por todas las canchas) y obviamente cumple con las reglas, puede solicitar su ingreso a las ligas amateur de mayor nivel, que son reguladas por la FA y permiten, entre otras cosas, aparecer en el Football Manager disputar la FA Cup.

A pesar que la rompía domingo tras domingo dejando el tendal por la banda izquierda, lo descubrieron jugando un five-a-side (o sea, un papi futbol). Más precisamente fueron los ojeadores (?) del Histon, un club que estaba en la novena (!) categoría del futbol inglés. Allí llegó a jugar una treintena de partidos. Corpulento, potente e impredecible por su habilidad, el rumor de que había un crack jugando en una liga menor llegó a los oidos de Alex Ferguson. Dos colaboradores fueron a verlo y elaboraron un informe que no convenció del todo al escocés. Corría noviembre del año 1988 y a pesar de haber obtenido el subcampeonato la temporada anterior, el United deambulaba por mitad de tabla, no tenía un mango partido al medio y sus colaboradores solían buscar jóvenes promesas en las ligas menores. Fue por eso que quién más rogó para que lo probara fue Alan Doyle, DT del Histon e hincha fanatico del United. Doyle le insistió tanto a Sir Alex para que le diera una oportunidad que, hinchado las pelotas, le dio el visto bueno para que participara en un amistoso frente al Birmingham. Cuestión que Maiorana jugó todo el segundo tiempo y le cometieron un penal. Se ve que el tanito Gracián la rompió toda, porque tras el partido el propio Ferguson dijo: «ha sido uno de los mejores partidos que he visto hacer a un jugador a prueba». Sin dudarlo, apenas termino aquel amistoso, prepararon los pelpa (?) y firmaron un contrato de 4 años, abonandole al Histon 30.000 libras. «Usureros de mierda», dirán algunos. Pero lo cierto es que el Histon le debía mas de 20.000 libras a un banco, lo que salvó al equipo de la bancarrota. A La Síndico Ripoll le gusta esto (?).

Pero así como el DT de los Diablos Rojos le tiró flores al novato, también era capaz de mandar un mensaje completamente contrario, algo que a la larga generaría roces en la relación jugador-entrenador. En aquellos tiempos, Ferguson tenía una columna en un diario (!) y escribió una nota cuyo título era «Joyas desde lo profundo: jugadores de calidad que podemos hallar en lugares inesperados», en la cual afirmaba: «Maiorana es un poquito individualista e impredecible para nuestro tipo de juego. Somos organizados y disciplinados, y en nuestro esquema hay pocos resquicios para que se destaquen por fuera de eso».

Sir Alex Ferguson, nuestro homenajeado y Bryan Robson, capitán del equipo.

A pesar de la postura panqueque del escocés, Maiorana pasaba de jugar con amateurs a entrenarse con jugadores de la talla de Mark Hughes y Bryan Robson, quién llegó a decir que Maiorana era «una mezcla de Maradona y Eusebio», without (?). Con apenas seis partidos con el equipo reserva, Ferguson lo subió al primer equipo y debutó el 14 de enero de 1989, por la fecha 21º de la extinta Division 1 frente al Millwall, haciendo su ingreso en el segundo tiempo en reemplazo de Milne. Los pocos minutos que disputó en su debut no permitieron mostrar lo mucho que se había dicho sobre su calidad. Hasta que llegó su momento de aparición, no solo futbolística, sino también mediática.

El United recibía al Arsenal, puntero del campeonato y que a la postre terminaría campeón. Si bien el partido termino con empate en un gol, el mismo fue televisado y toda Gran Bretaña pudo ver como Maiorana, jugando su primer partido como titular, sacaba a pasear cada vez que agarraba la pelota a Lee Dixon, quien años más tarde sería un histórico de los Gunners, sin olvidar que a esa defensa la completaban nenes como Bould, Winterburn y el carnicero de Tony Adams. Su descollante actuación llevó a que al finalizar el partido y durante toda la semana, cientos de fans se acercaran a pedirle autografos y las camaras hagan foco en él. Sobre aquel partido, le preguntaron qué se sentía jugar en Old Trafford. Julito (?) respondió: «Yo solo iba corriendo por la banda, fue una experiencia extraña. Aún sigo sintiendo a mis oidos taparse y destaparse al respirar. Lo unico que escuchaba era el ‘UNITED, UNITED’ que bajaba de las gradas y entraba en mis oidos. Estaba jugando delante de 50.000 personas, cuando seis semanas atras jugaba adelante de 50 o 60″. Pero Ferguson, reacio a estas cosas, tenía otros planes: prefirió cuidarlo y solo lo puso 3 partidos más (1 como titular y 2 como suplente), como para que el pibe se diera cuenta con quién trataba y pusiera los pies sobre la tierra. Bueno, «cuidarlo»… en realidad la cosa iba por otro lado.

Club modelo. Modelo del club. Porotocuberismo pero del bueno (?)

En concordancia con la bajada de línea sobre el tema de la organización y la disciplina, al escocés no le cabía ni un poco dos cosas de Maiorana: su individualismo dentro de la cancha y que usara pelo largo y barba. En repetidas ocasiones le solicitó que se corte el pelo y se afeite. «Para él, lo unico que importaba era el respeto», diría años después Maiorana, en una de las pocas entrevistas que dio tras su retiro. «Al principio se portó bien conmigo, pero se empezó a poner pesado con el tema de la barba y el pelo. Sin embargo, su respeto hacia mi no era tal: me humilló y menospreció frente a mis compañeros, todo por ser como soy. Así me había forjado, desde abajo, y eso me hizo ser quien fui y quien soy».

Maiorana siguió en su postura rebelde. Eso le llevó a ser relegado al equipo de reservas, donde se notaba a la legua que el tipo estaba para mas. Pero todo se truncó en un partido de reserva frente al Aston Villa, el 4 de abril de 1990. El mismo Maiorana lo cuenta vívidamente: «Lo recuerdo como si fuera ayer. Ya había hecho un lindo gol. A mi me gustaba hacer cosas diferentes, como chilenas o tijeras. Pero esa vez me equivoqué. La jugada vino de un centro, paré la pelota con el pecho y busqué hacer una tijera, cuando en realidad lo conveniente era dejarla caer al cesped. Cuando incliné el cuerpo e intenté patear, un rival tocó el balón con la punta del botín y terminé pateándole el muslo. Esa jugada es de lo único que me arrepiento en la vida«. La descripción de la jugada es sumamente comparable con esta otra. Lo curioso de la jugada es que quien lo lesionó (sin intención, cabe aclarar) fue nada menos que Dwight Yorke, que nueve años después jugaría para los de Stretford End, ganando 3 Premier League, 1 FA Cup, 1 Champions League (la inolvidable final frente al Bayern Munich) y 1 Intercontinental.

Tras la lesion, nunca volvió a ser el mismo. La recuperación le demoró mas de un año pero ya no tuvo mas lugar en el equipo. Cosas de la vida, el destino quiso que para cuando se encontró a disposición de Ferguson, un flaquito se había calzado la 11 y sorprendía a propios y extraños con su velocidad y despliegue: un tal Ryan Giggs del cual ya se han hecho miles de posts (?). Al menos el United le respetó el contrato mientras estuvo lesionado, algo que luego sentó precedente para que el Rojo hiciera lo mismo con Fredes (?). Se fue con solo 8 partidos en el lomo (6 por liga y 2 por FA Cup).

Maltrecho, no le quedó otra que buscar un nuevo destino. Con los clubes ingleses fue imposible, ya que todos sabían de su lesión y ya en tiempos de Premier League, contar con un jugador en esas condiciones era poco profesional (de hecho, él afirma que el United no lo ayudó en nada a conseguir equipo). Por tanto se cruzó el charco (?) y se fue a Suecia, mas precisamente al Ljungskile, de la Segunda División. Ojo, no es que los tipos vieron que era un crack y daban el salto de calidad: vino recomendado por David Wilson, quien había sido compañero de él en sus inicios en el United. Solo disputo 5 partidos, todos entrando como suplente. Su rodilla ni siquiera le permitia estar a ese nivel, asi que terminó volviendo a Inglaterra para trabajar en una mueblería familiar, sin dejar de despuntar el vicio en el Newmarket Town, también de la novena categoría del futbol inglés. Pero la rodilla dijo basta y largo definitivamente. «El retiro fue un trago amargo, ya que mi cerebro estaba más que preparado para ser futbolista, pero mi cuerpo ya no. Yo sabía que era bueno en serio», repara en la última entrevista que concedió Maiorana, quien se declara fanático de D10s («Siempre digo que si no te gusta como es el tipo, está bien. Pero nadie puede negar lo que hacia en la cancha. Maradona era un genio»). Tal fue el bajón por dejar el futbol que estuvo 7 años sin ver futbol. Resignado, afirma: «Sigo arrepentido por lo que me tocó vivir. Hubiera preferido que no pasara la prueba en el Manchester a que cada vez que me hablen me recuerden lo talentoso que era«. Aun así, resalta un hecho particular: «hace poco me abri una cuenta de Twitter (N. de la R.: @Jules11Maiorana) y me di cuenta que, aunque pasó el tiempo, los hinchas me recuerdan mucho mas de lo que yo quisiera olvidar mi carrera«.

Giuliano Maiorana en la actualidad, en su taller de muebles. Giggs heredó su puesto. El, el de Gepetto (?)

Hoy, con 46 años, sigue en la mueblería pero cada tanto se acerca al futbol. «Juego con amigos para divertirme, nada serio. También ayudo a entrenar al equipo que dirige mi hijo. Quizás no sea rico como un futbolista profesional, pero me siento rico con mi familia y amigos. Aprendí a apreciar las cosas simples de la vida”.