The Banfield Redemption

Estudiantes volvió a sentir el cansancio y a pagar caro la doble competencia. Una vez mas pierde puntos importantes en su lucha por los primeros puestos, esta vez Banfield se lo dió vuelta en el Ciudad de La Plata y lo ganó 2 a 1.

El mejor partido de la fecha tuvo sin embargo un primer tiempo fue trabado, algo deslucido y sin tantas aproximaciones. Estudiantes jugó sin Carrillo de arranque, pero con buena base de sus titulares habituales. Arriba Auzqui y Cerutti, mientras que Rosales jugó de volante por derecha. Preocupa el bajo nivel de Gil Romero con respecto a su primer torneo en primera. El león fue de mayor a menor, con su conocido orden y confiando en la pelota detenida para hacer daño. Un tiro libre en forma de centro es bajado en dirección a Auzqui, quien insólitamente se lo pierde de frente al arco, rematando ancho.

Banfield jugó con un 4-2-1-3 desplegando a los laterales Yeri y Civelli, con Domingo relevando y con Erviti y Cazares abriendo juego para la izquierda con Bertolo, quien fue la mayor carta de desnivel en ese primer tiempo. Sobre los 20 minutos empezó la acción para el taladro: un pase de Cazares a espaldas de Aguirregaray termina con un remate de Bertolo al caño. Sobre el final, otra presión en la salida de Desábato deriva en Bertolo, que engancha y remata. Hilario da rebote y Noir es atorado por Pereira antes que pueda definir con arco vacío. Esa jugada del taladro presionando en la salida, jugando detrás de Aguirregaray para que Bertolo quede mano a mano con Schunke fue marcada.

Sin embargo sobre el final, un corner de Cerutti ejecutado con rosca al segundo palo es impactado por la cabeza de Desábato: 1-0 al descanso.

En el segundo tiempo, Estudiantes sintió la merma física. Se fue tirando atrás en busca de contragolpes. Banfield, sin ser una luz, tuvo la osadía de quemar las naves como tanto le gusta a Almeyda, y monopolizó la tenencia del balón. Los de Pellegrino pudieron aumentar con Auzqui tras un nuevo tiro libre en 3/4 desde la derecha. Pasado, le queda al delantero que elude a Civelli y remata un buscapie/centro rasante.

A mediados de la segunda parte, Almeyda metió a Cuero, otro delantero de área, para que se sume a Viatri. Salió Yeri y pasó a defender con 3. A partir de ahí se vió LA PROPUESTA de siempre, tener la pelota, buscar, e insistir mediante Cazares en el armado, y Bertolo punzante en el mano a mano. El ecuatoriano avisó con un remate lejano que tapa Hilario con rebote.

Sobre la hora, una ráfaga de Banfield termina ganando un partido de esos que suele perder. Cazares cambia de frente hacia la derecha para Cuero. El opaco trabó en el área y la dejó muerta para que Lucas Viatri aproveche y facture su primer gol en Banfield. Con el 1-1, Almeyda sacó a Viatri y pone a Noguera, pero aún así quedaba tiempo para que Estudiantes vuelva a pelotudear en una salida. Auzqui la pierde ante Civelli en la línea central. Bertolo tiene tiempo para hacerse un autopase (!) ante la pasividad del mediocampo pincha y dejársela a Cazares, quien engancha y le pega al primer palo sobre la marca del defensor, agarrando muy desprevenido a Hilario.

Llamativo quedo del pincha en el complemento, casi sin piernas. No aprovechó siquiera la ventaja en el marcador contra un rival que se suele regalar atrás, siendo prácticamente inofensivo. Banfield ganó en su ley cuando generalmente no liga, y esta vez no llegó tanto, pero se plantó en campo rival e insistió acorralando a su adversario. Cazares, Bertolo, y Víttor fueron las figuras excluyentes.

Pero además de ahorrarle un blister de Alplax a Almeyda hubo mas fútbol durante el fin de semana:

Milagro en el parque Independencia. Quilmes se llevó un punto mas valioso que vaca muerta del Coloso del Parque Independencia gracias a una combinación de factores tan viejas como el fútbol mismo.

El partido arrancó con Quilmes parado 4-5-1 y con todo el equipo moviéndose como un parabrisas, yendo a presionar con los 10 jugadores de campo por el costado hacia donde iba el balón. La pelota fue dominada desde el minuto 0 al 90 por Newell’s, que con sus armas atacó todo el partido. El equipo que mejor triangula por los costados del país tuvo a sus dos laterales Casco y Caceres con el nivel que supieron mostrar en las épocas del Tata Martino y así compensaron algunos rendimientos un tanto apagados de los mediocampistas, Orzan, Rodriguez, Casco y Figueroa. La lepra rompía con su típica rotación y movimiento del balon la primera línea de presión y al llegar a la segunda se encontraba con tackles al límite o directamente con faltas por parte de los jugadores de Quilmes que intentaron evitar a toda costa que la pelota les llegara a los delanteros.

Así transcurrió el primer tiempo, con el cervecero cortando una y otra vez con fouls los avances de Newell’s y el árbitro sancionando todas y cada una de las faltas para darle a la visita un respiro y cortar el ritmo del partido. El equipo del Tolo pareció el de épocas anteriores atacando, quizas no con tantos cambios de frente (fueron escasos pero muy efectivos) pero no dejando a su rival cruzar la mitad de la cancha y moviendo la pelota siempre, aunque no supo definir correctamente sus chances de gol. Una de ellas muy clara, encontró a Maxi Rodriguez levantando de cucharita por arriba de Assman, pero Joel Carli despejó de cabeza el peligro sobre la línea del arco.

En el segundo tiempo, el rojinegro intentó que sus ataques fueran mucho mas recurrentes como suele hacer en todos los partidos, mientras que Falcioni aplicó todo el manual del griguolismo: tirarse al piso cada vez que se pudiera, patear la pelota afuera, demorar los envíos, hacer faltas reiteradas cerca del área que Mariano Gonzalez obvió en una remake de Baldassi sin pelo (?) y una vez que se detenía el juego, el carrito entraba como para demorar mas. Si antes la pelota estaba en el campo de Quilmes, ahora prácticamente no salía de los alrededores del área de Assman que sin embargo no tuvo grandes atajadas, muchas llegadas de la lepra se fueron apenas desviadas (como una volea supercampeonística de la fiera Rodriguez) o repelidas in extremis por los zagueros centrales, claramente las figuras del equipo del bigotudo.
Así como se hace difícil explicar un partido que tuvo un solo arco por 90 minutos, también se hace difícil explicar como la paridad en el resultado se rompió. Quizas fue la famosa fatiga de los materiales que hizo que el colectivo que puso Quilmes adelante del arco se rompiera, o quizas fueron los cambios de Gallego, que hizo ingresar a Fattori y a Ponce. Este último, promesa de la selección sub 20 pero ya vendido a la Roma en quichicientos euros, aguantó una pelota entre tres rivales de espaldas en el punto penal y cuando detectó la salida de Assman abrió hacia su izquierda para el ingreso de Nacho Scocco que con un derechazo hizo explotar al Marcelo Bielsa cuando se cumplía el tiempo reglamentario.

En el recuperado (escasísimos 5 minutos), un bochazo frontal es debilmente rechazado hacia el medio por Lopez cuando Ramirez lo empujaba, y todo derivó en una falta que el Droopy Gomez ejecutó magistralmente y con sangre fría para poner la pelota en el ángulo y sellar el empate. Solo quedó tiempo para un desborde de Scocco que Ponce no llegó a conectar por centímetros y la gente local se fue con mucha bronca, por el 1-1, por la vieja historia de los merecimientos, pero sobretodo por el uso y abuso del bidón.

El viernes por la noche fue un viaje a la nostalgia. Nada como pasear por las poceadas calles de Lanús y encontrarse con un estadio Néstor Diaz Pérez a oscuras. Un revival de los años ochenta, cuando el granate luchaba por ganarse un nombre en el ascenso y las hinchadas rivales le dedicaban bellas canciones referidas a sus problemas de electricidad y agua potable (?). Además si tu rival es Gimnasia, se completa la imagen de «primavera alfonsinista».

De vuelta en este coso de 30 equipos de la actualidad, el primer tiempo era para mirar H&H y un corchazo (?). Dos equipos con buenas intenciones, pero con escasos recursos, como esas ONG’s dispuestas a morir en el olvido. Donde el pelotazo, la jugada preparada y el juego aereo impusieron su ley banneando del partido a los pases cortos.

Gimnasia salió a atacarlo a Lanús por la izquierda como Altamira(?) con el recorrido de Lucas Litch. Al minuto de juego, un buen centro suyo permitió un buen cabezazo de Antonio Medina que contuvo en dos tiempos Fernando Monetti, ex arquero del Lobo ahora en el conjunto del sur del GBA, antes de que llegara Jorge Rojas para empujarla. Otro envío zurdo del 25 platense fue hacia el uruguayo Álvaro Fernández, quien no logró desviar la trayectoria.

Lanús, muy previsible en sus tres delanteros sin un enlace que los ordene, buscó a través de la pegada del paraguayo Victor Hugo Magdalena(?) Ayala. A los 14, el convocado para la selección paraguaya de Ramón Diaz sacó un gran disparo que Nicolás Navarro no pudo controlar. Por suerte para él, el también guaraní Gustavo Gómez cabeceó el rebote por arriba del travesaño, como para que el asistente e ingeniero de sistemas Emiliano lo corrija desde su notebook en futuros encuentros de la albirroja (?).

A partir de allí, la nada misma hasta el entretiempo. Hagamos un minuto de silencio por los muertos de aburrimiento en estos 45 minutos. También por Lucas Litch, quien se lesionó y debió ser reemplazado. Con él, todo intento de buen juego de Gimnasia pereció sin dejar rastro alguno en el partido.

Tras una lavadita de cabeza por parte de Guillermo, el local salió un poco más adelantado la segunda mitad. Gimnasia, hizo de loboludo (?) mediante fouls cerca del área que favorecían las llegadas del local para intentar acciones de pelota parada. Si además le agregamos despejes cortos, es probable que te cascoteen el rancho. A los 7′ el marciano Jorge Ortiz paró de pecho un mal desvío y sacó un tiro que pasó muy cerca del palo derecho de Navarro.

En el minuto 23, Ayala ejecutó un tiro libre desde el costado izquierdo. Atravesó el mar de piernas del área y entró limpita sin interrupciones junto al poste que defendía el arquero visitante. Al contragolpe se ha dicho y esperar que el rival haga su gracia. Sesenta segundos más tarde, vino un contraataque en el que Maximiliano Meza sacó un remate furibundo de media distancia, que el Mono Monetti alcanzó a desviarlo.

Los veintiocho minutos dieron chance a que otro ejecutante de tiro libre probar suerte. Nuestro SS favorito (?) Nicolás Pasquini -hoy de lateral izquierdo- ejecutó la falta muy fuerte y colocada, logrando el lucimiento del ex golero de Argentinos Juniors, al volar de forma espectacular hacia su costado diestro.

Troglio se hizo el ofensivo (?) con los cambios pero no engañó a nadie. Así y todo, a los 35, en gran confusión donde el Lobo atacó, Alberto raimundi puteó y Maggie rió (?), a Maximiliano Meza le sacaron el grito cuando se aprestaba a definir. Lanús sentenció a los 43′ con una réplica. Tras una serie de rebotes carambola, Lautaro Acosta apareció por derecha, mandó el centro rasante al medio y apareció Ortiz para aumentar la distancia y dejar a la defensa visitante en Tilt.

En el final, Vegetti tuvo su oportunidad que fue tapada por Monetti. Lanús ganó por tercera vez, mantiene el invicto y se sacó de encima a Silva. Solo le falta jugar mejor. Para Gimnasia, menos caperucitear (?) y más concretar las pocas situaciones que genera. Tarea a resolver para los dirigidos por Troglio, hundidos en el 21° de la tabla.

NOTA DE LRF!: Durante el primer gol de Lanús, Raimundi pateó la zapatilla de enchufes por la bronca y desconectó su transmisión, dejandonos con las ganas de su vocabulario prodigioso.

Las ganas y el hambre de triunfo, fueron de Colon. Pero la victoria se la llevó Tigre del Brigadier Lopez el sábado a la tarde. Porque cada fecha que pasa se para mejor en la cancha, por haber aprovechado la diferencia de experiencia con su rival y porque Colon sufre anímicamente cada gol que recibe en su arco y le cuesta mucho recuperarse.

Durante el primer tiempo, fueron todas aproximaciones del sabalero que proponía jugar en campo del matador, pero las acciones de mayor riesgo fueron de la visita por medio de centros. Los delanteros Larrondo y Luna quedaban muy lejos del resto del equipo y se veían en la necesidad de bajar para generar juego. Lo de Colon fue pobre en muchos aspectos, si bién salió con ímpetu a quedarse con el partido, solo preocupó con un remate desde lejos de Ballini y un cabezazo de Becerra que salvó Erik Godoy en la línea tras una pelota parada. Esos 15 minutos electrizantes contra Boca parecieron haber sido un espejismo y no la normalidad del equipo de Javier Lopez.

En el segundo tiempo Tigre adelantó sus líneas y se llevó el premio grande. Lucas Landa perdió una pelota boluda en la mitad de la cancha y Sanchez, de gran partido, comandó el contragolpe y habilita a Larrondo que metió su tercer gol consecutivo. Acto seguido un patadon del chimi Blengio a Ledesma culmina en amarilla… para Goñi (?), que luego debió corregir. El equipo de Alfaro, que cada vez se para mejor en la cancha, manejó los tiempos del partido (con actuación destacada de Facundo Sanchez) dejando estéril al local que miró el tiempo pasar.

Pero en los últimos 3 minutos, el local se llevó puesto a un Tigre que no paraba de desperdiciar contragolpes y estuvo a punto de pagarlo carísimo. A puro huevo y apoyo de la gente, que logró un foul a favor inexistente en el borde del área, el sabalero empezó a meterla en el área de Javi García como sea, a puro bochazo, buscando las segundas jugadas y ahogando a los laterales de Tigre, pero dos grandes figuras aparecieron, la primera es el siempre regular Arzura que en defensa ayudó haciendo los relevos, y la segunda fue el mencionado García, que atajó un anticipo de Pablo Ledesma casi en el área chica y luego descolgó una pelota que se colaba en el ángulo superior derecho para sellar el triunfo.

 La platea femenina despide cariñosamente a los jugadores de Colon

La sexoneta se quedó sin Viagra (?) y volvió a caer 2 a 1, esta vez ante Belgrano. El equipo de Miguel Angel Russo es una banda, que cada vez juega bien durante una fracción mas corta de los partidos mientras el resto del tiempo se dedica a observar como su contrincante se lo lleva puesto, sin oponer demasiada resistencia. El partido empezó con el fortín ganándole las espaldas a los mediocampistas piratas y así adueñandose del partido. Sin embargo a los 21 minutos un centro desde la izquierda habilitó a Velazquez para que el volante abriera el marcador con un cabezazo que fue sancionado como offside, en un nuevo fallo perjudicial para la B de los tantos que hubo en el torneo de 30.

Pocos minutos mas tarde, Rolon le ganó la cuerda a Escudero por el sector derecho y cedió para Cubero, quien enganchó y encontró en la medialuna a Cabral. Su zurdazo es tapado por Olave y el rebote fue aprovechado por Amor quien convirtió la jugada en gol, carambola mediante. A partir de allí, la B se paró mejor en la cancha mientras que los de Caraglio, Pellerano y Somoza volvieron a ser la mierda habitual (?). Belgrano empezó a tocar de la mano de Zelarrayan pero no tenía profundidad alguna. Así llegamos a los 15′ del complemento, cuando el ruso Miedinsky se atreve a poner a Cuqui Marquez de enganche.

El cambio fue la clave del partido, el celeste se paró en la puerta del área de Sosa y fue el propio Marquez quien definió un centro de Saravia desde la derecha para clavar el empate.

Luego de la igualdad, el local no mostró ningún atisbo de rebeldía, claro mensaje para los cordobeses quienes entendieron que si se animaban lo ganaban. Exactamente así fue: un desborde del chino Zelarrayan por la izquierda terminó en un buscapié y el rebote le quedó a nuestro nuevo jugador fetiche Sergio Escutermo quien no solo le ganó el duelo a Rolon en el segundo tiempo, sino que encontró la gloria impactando con su pie derecho para subirse al tren de la alegría. El resto del partido estuvo de mas, con los alcanzapelotas velezanos -que antes escondían los balones- apurados pero los jugadores dormidos en la mezquindad de su técnico.

EGDV aka El gordito de Velez, la figura excluyente de la fecha 

El sábado a la noche, en horario prime time (?), el Globo -de reciente caída en el tan esperado clásico con la B la desgracia el Ciclón- recibía al Argentinos Juniors de NRG (?), cuya aceptable cosecha de puntos parecía sustentarse mas en su fixture que en lo mostrado fútbolísticamente por la escuadra colorada. Todo lo cual no impedía a los cagatintas de turno del FPT -en este caso, con la inestimable incorporación del autor de esta tapa de Olé, hoy devenido en analista reposado de fútbol y panelista de TV- hablar en términos exactamente opuestos: que AAAJ venía bien y que el Globo iba por la recuperación. Pero bueno, por algo ellos cobran por hacer esto y uno le hace por dinamita, odio y rencor (?): la propuesta de AAAJ -un engendro entre un su 3-4-3 del pasado ante Estudiantes, y un 3-5-2 con Lenis por Franzoia, basado en la exclusiva premisa de presionar a desgano y adelantar las líneas- duró un minuto y medio de partido.

The Big Boss

A partir de allí, el dominio conceptual fue del Globo, que sabe a qué corno juega, y eso ya es algo. Para mayor suerte, gozaría de una noche mágica Ciudad de Buenos Aires de su centrodelantero, Ramón Wanchope Ábila, quien a los 4 minutos culminó una jugada por derecha entre Toranzo y Mancinelli, desbordando este último al fondo y centrando por bajo para el anticipo de Don Ramón (?). Como veían que el Bicho nada hacía, se la siguieron pasando al elefante: pase de Toranzo aprovechando las ventajas del fondo visitante, Ábila eludió al arquero, pero se escoró demasiado, lo cual permitió al defensor Flores marcar en contra de su valla. 2-0 a los 28′ del primer tiempo, mientras en la transmisión se hablaba de que Iñiguez tenía el gen del 5 clásico de Argentinos Juniors (!).

El primer tiempo cerró casi sentenciado, ya que cuatro minutos después, en otro ataque armado por la derecha -recordemos que, esta vez, en AAAJ jugaba por la izquierda un tal Matías Giménez, lo cual explica parte de esta primera mitad- terminaría con un balón abierto hacia Puch. El chileno tiró un centro preciso, de acetileno (?), para que Abila anticipe con un cabezazo de pique al suelo en el área chica. 3-0 al descanso y lo único que podía salvar a un Bicho desprovisto de su DNI, es que Pipo tuviera el culo de Jen Selter.

Pero no, el ruliento entrenador esta vez tuvo el culo de Pocho. O más bien, el culo justo para un equipo y un plantel que hace sentir serio y capaz a cualquier aficionado al Football Manager, ya que Huracán le cedió pelota y terreno sabiendo de su incapacidad, mientras apostó al contragolpe de Puch y Wanchope. Justamente, el último metió el tercero de su cuenta, apenas pasado el cuarto de hora del complemento, mediante otro pase abusivamente directo -esta vez, cortesía de Vismara- que el gordito acomodó para definir tranquilamente al primer palo de Ojeda. Con esto se cerró el marcador, por piedad del local, por impericia de Puch -algo raro, quizás debería conversar con su tocayo de Sierra Chica el temita de la ejecución (?)- y, principalmente, por la indolencia y la incapacidad de un equipo que no tiene la menor idea de cómo llegar ordenadamente al arco rival.

Aunque claro, si uno escucha que la nueva adquisición del FPT critica un cambio -Castillejos por Lenis- por considerarlo defensivo o poco arriesgado (!) -como si la vocación ofensiva se plasma en la cantidad de delanteros y no en el modo de juego que permite a los jugadores generar y llegar a posiciones de gol-, mientras echa de menos las ausencias de Torrén (!) y Franzoia (!!), se explica un poco el cuadro general. Seguí así Pipo, que si te rajan del Bicho éstos van a hablar de lo poco que se sostienen los proyectos (?). Ganó, goleó, reguló, y digamos que gustó el Globo, demostrando que a veces el fútbol es lógico y ganan los que saben a lo que juegan, guste o no -aunque en el caso del Quemero hay una belleza barrial, como en las pelopincheras de Jenro (?)-.

En el Libertadores de América, Independiente salió a tirarle todo por encima a Arsenal y jugó unos primeros 15′ donde fue punzante, llegó y facturó. Con una buena circulación de balón, un mediocampo muy movedizo y sin posiciones fijas. Je suis Méndez empezó jugando cerrado pero cuando Pisano iba hacia adentro, el ex canalla buscaba picar por la derecha. Mancuello aparecía por la línea pero después se metía hacia adentro buscando recibir. Riaño entró en circulación para que Albertengo no esté tan solo.

La primer jugada empezó con resión alta de Méndez, y una serie de pases en el área de derecha a izquierda buscando al compañero libre:Riaño, Albertengo. Mancuello. 1-0. Luego otro centro de Méndez encontró a Riaño que se perdió su gol. En la siguiente, la misma jugada lo encuentra a Claudio solo quien impacta de cabeza, 2-0. Luego el mismo delantero se perdió un gol más durante esos 15 minutos. Arsenal fue un desastre. No mostró nada de lo que había presentado ante River con una zaga central (Sarulyte y Correa) impresentable y con un mediocampo que quedaba muy largo respecto de su defensa. Cuesta encontrar rendimientos altos.

Pasada la ráfaga inicial, el rojo siguió dominando las acciones con tranquilidad, aunque las llegadas comenzaron a escasear más. El Arse apretó sus líneas, buscando siempre en largo a Silva que se fajaba con Cuesta y Aguilera. Daba la sensación de estar para ser goleado igualmente, pero Pisano estaba desconectado del trámite.

De los 30′ a los 45′ fue el peor momento del conjunto de Almiron. Arsenal, con empuje y sin fútbol, llegó con centros aéreos y pelotas detenidas. Así, Silva tuvo el descuento de cabeza pero se encontró con una muy buena respuesta del Ruso Rodríguez.

En el ST, tras un comienzo trabado, Independiente lo fue llevando a su favor. El local jugó bien en todas sus líneas, y por momentos vistoso. Méndez y Mancu fueron las figuras, bien sostenidos por Cuesta, Toledo, Toro Rodríguez y Riaño (que mermó en el ST). Albertengo estuvo afiladísimo. Jebús Méndez nuevamente apareció con un pase deluxe 3 dedos para que Albertengo defina ante Limia. 3-0.

Quedó tiempo para que, en un tiro libre sobre el final, convierta Cuesta, quien llamativamente estuvo buscando su gol todo el encuentro (hasta hizo uno con mano que salió gritando desaforadamente). 4-0.

En el partido mas importante de la fecha, Crucero del Norte no pudo salir de pobre y perdió 2 a 1 en Junin. Los que viajaron 15 horas en un colectivo homónimo para llegar al corazon de la provincia de Buenos Aires arrastraban un serio déficit en los partidos anteriores: la falta de profundidad y de gol.

Este aspecto pareció poder ser revertido de entrada: un tiro libre antes de los quince minutos cayó desde la izquierda en forma de centro para que Julio Barraza la pusiera contra el palo con un buen cabezazo y marcara el 0-1. Inconscientemente, conforme pasaron los minutos el equipo misionero fue retrocediendo en el campo de juego, lo cual no significó necesariamente que Sarmiento tomara la pelota: el conjunto de Lippi estuvo peleado con el partido durante todo el primer tiempo, sintiendo en demasía el flojo partido de Gervasio Nuñez y de Nico Sanchez quienes no pudieron desequilibrar. El primer tiempo se murió contabilizando tan solo un zurdazo de Luna que se fue desviado.

Para el segundo tiempo, el verde empezó a mostrar mas combate en la mitad de la cancha para tratar de aprovechar el cansancio que el colectivero demostró en todos los segundos tiempos. Pero el partido siguió siendo controlado por el aurinaranja(?). Entonces Lippi metió mano y mandó a la cancha a Cacheiro y mas tarde a Tamburelli. El volante cambió el partido gracias a su desequilibrio por el sector derecho, generando las opciones mas claras de Sarmiento. En una de ellas le metió un pase a Quiroga quien llegó al fondo y metió el centro de la muerte para la definición de Tobías Figueroa (la ley del ex).

A partir del empate, el partido empezó a jugarse en el campo del visitante, quien sin embargo contó con mas de un contragolpe en superioridad numérica y de condiciones, pero nunca pudo aprovecharlos para crear situaciones en el arco de Rigamonti desperdiciando todos y cada uno de ellos. Sarmiento cada vez presionaba mas arriba aunque no logró encontrar nunca el juego de las primeras fechas, y trató de atacar el arco -bien defendido- de Ramirez con centros y remates de media distancia. Por lo tanto fue Cacheiro -la figura- quien debió salvar las papas del fuego. Ya en tiempo recuperado el delantero aprovechó su velocidad para meterse en el área y ser derribado. Argañaraz (cuya designación no cayó bien en Crucero en la previa al partido) sancionó la pena máxima, y la responsabilidad recayó en el pie derecho de Gervasio Nuñez, quien a pesar de su mal partido reventó el angulo superior derecho haciendo estallar al nuevamente colmado estadio Eva Peron.

El partido mas desvirtuado de la fecha lo jugaron en Rafaela Atlético, Rosario Central y el árbitro German Delfino. Lamentablemente, al referee se le ocurrió ser el protagonista excluyente de un partido de futbol, siendo que por su condición de árbitro debería haber pasado desapercibido, en lo que podría haber sido un partidazo de por si, sin su penosa participación.

El Canalla arrancó perdido en la perla del Oeste. La pelota sorteaba el mediocampo con envíos largos y donde cayera se encontraba con la presión de dos o tres hombres de la crema, que incomodaban a los jugadores auriazules. El equipo de Coudet se hacía largo e inconexo, mientras que Rafaela contaba con chances. La primera seria fue un tiro libre de Juan Eluchans que se fue al lado del ángulo mientras Caranta hacía vista. En la segunda, la redonda se dirigió a la espalda de Johnatan Ferrari, quien no tuvo otra opción que derribar a un Federico Gonzalez listo para definir. Penal y amarilla -primer error de Delfino, era expulsión para el defensor- que fue cambiado por gol por Juan Eluchans (la ley del ex).

Diez minutos mas tarde, Bastía llegó tarde y derribó a Cervi en la mitad de la cancha. Delfino amonestó al ex Racing y además escuchó lo que el alopécico tenía para decirle, mas precisamente «la concha de tu madre, dejate de joder«. Expulsión para el polaco y un enojo mas recrudecido para la gente de Rafaela que no dudó en pegarle un serpentinazo al árbitro en el pecho. El partido continuó luego de ese incidente, con la correspondiente inacción de la oprobiosa policía santafesina.

A pesar de jugar con 10, los de Sensini mostraron un esfuerzo importante para continuar con el pressing y la ausencia de Bastía no se notó, mientras que Central solo se aproximó con un centro del chelito Delgado que Marco Ruben no pudo definir con comodidad.

En el segundo tiempo la visita se despertó (tal como sucedió en todos los encuentros de este torneo) y rápidamente salió con todo a llenar de centros el área de De Giorgis, quien sostuvo el arco con una magnífica actuación. Como el resultado seguía inamovible apareció el arbitro panzón para desnivelar: en uno de los tantos fallos divididos que favorecieron al visitante, un lateral que claramente era para el local fue otorgado a los rosarinos, quienes movieron la pelota de un lado al otro hasta que Cervi, de flojo partido, metió el centro de la muerte para que Ruben de otra clase de anticipo y estampe el empate.

Acto seguido, fue Caranta quien desvió un nuevo ingreso de Fede Gonzalez que pudo ser el 2-1. El partido continuó siendo parejo, pero a Atlético le fue quedando cada vez mas lejos el arco contrario, evidenciando una merma física lógica por jugar con un hombre menos. Central volvió a ser el mismo de siempre y a tratar de habilitar a Marco Ruben, quien se encontró con la férrea marca del colorado Ré, valuarte del aguante sensinezco(?).

Pero sobre el final, a Delfino le pegó el remordimiento y decidió que el partido debía terminar en empate a como dé lugar. Es por eso que a los 45′ cobró una mano inexistente del delantero sin apellido, cuando este venía forcejeando con un defensor adentro del área. Y tres minutos mas tarde, luego de una falta de Serrano a Niell en el borde del área, un tiro libre de Cervi es contenido por un defensor rafaelino con su brazo, a lo que el referí contestó con un nuevo tiro libre casi en la línea del rectángulo de castigo en vez de cobrar el correspondiente penal. El equipo del Chacho -quien extrañó a Colman para jugar en espacios reducidos- desperdició la jugada y de este modo no pudo sumar de a tres por primera vez en lo que va del certámen.

En el Camp Nou jugaban el puntero Barcelona y su máximo rival e inmediato perseguidor, el Real Madrid… pero eso poco nos importa a nosotros (?) que nos fuimos (?) hasta Varela para ver al esquizofrénico Defensa de Franco, que fue anfitrión de Racing. Desde el vamos se le hizo cuesta arriba el partido al halcón, ya que a los 27 segundos del partido DISCOTECA Nuñez, aprovechando un buen pelotazo de Romero, definió por arriba de Arias y decretó el 1-0. Lejos de apichonarse (?) el local fue al frente y complicó con las prolijas subidas en bloque de todo su mediocampo, llegando con varios jugadores a las inmediaciones del arco de Racing y aprovechando bien la movilidad de Isnaldo. Hay que decir que Defensa juega bien, por momentos muy bien, y que tiene un libreto claro para buscar el gol, pero es un equipo muy nervioso y los gritos desaforados de su DT no ayudan. Pudo sin embargo empardar las acciones, pero se encontró con un Saja que tendría un espectacular partido, digno de otros tiempos, salvando a su equipo en varias ocasiones: la mejor fue un testazo a contrapierna que le sacó al ya mencionado Isnaldo. Los de Cocca, por su parte, contaban con muchos espacios para atacar, por el planteo kamikaze (?) de Defensa y por las prestaciones que le otorgó durante todo el encuentro la espantosa zaga central. Matheu y Saveljich son un peligro para sí mismos y para otros (?) y fueron una garantía de calamidad para su equipo. Arias no se dejó batir y el resto lo hizo Bou, que se dedicó a cancherear hasta perder todas las que tocó.

Así las cosas, se fueron al descanso 1 a 0. Para el segundo tiempo, extrañamente salió Isnaldo por Barbieri, que sería clave cuando dejó la banda para jugar de 10. Defensa fue y fue, muchas veces sin claridad (es difícil entrarle a un equipo como Racing), le pasó cerca al gol (chocó otras tantas veces con el chino Saja) y quedaba en pelotas para la contra. La Academia contó entonces con una avalancha de situaciones para cerrar el partido, gestadas desde los pies de Videla casi todas, pero nuevamente Arias y la impericia de los delanteros, con Brian Fernandez a la cabeza, mantenían vivo al Halcón y dejaban la mesa servida para lo que obviamente ya estarán imaginando que le pasó a Racing (?). A los 40 del segundo tiempo, el ingresado Julio Rodríguez enganchó un buscapié perdido de Rius y la mandó a guardar. Quedaría tiempo para un remate en el palo de Romero y dos mano a mano desperdiciados por Fernandez, todo en 5 segundos (!) pero el marcador ya no se movería. Racing sigue dejando puntos que va a lamentar más adelante y Defensa amaga con hacerse fuerte de local, pero ambos naufragan en la interminable (?) mitad de tabla.

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El Juego del Morbo. Ese era el marco en el que un River golpeado en concepto -definitivamente ya no juega como el año pasado- y en moral. También se apostaba a eso ante los magros antecedentes del Tomba -vejado de local por Lanús-. Y el partido convenció y decepcionó a partes iguales respecto a esa premisa. Ambos plantearon esquemas similares y atacaron de igual modo: por las bandas.

Decepcionó por la victoria del local, que fue el único que la buscó ante un rival que creyó demasiado en la inseguridad ajena -la expulsión de Fernández al inicio del complemento sólo resaltó esa vocación del conjunto mendocino-. Decepcionó porque el importantísimo (?) gol de la victoria (a los 21 minutos) fue convertido por uno de los señalados en el transcurso de la semana, anulando rápido el morbo realimentado después de su penal -ejecutado gigliotísticamente tres minutos antes de la conversión, tras un penal correctamente sancionado-. En general, ese second plot (?) del morbo general se debe a la exageración mediática y al tribunerismo propio de un jugador correcto en ciertas facetas -dominio de balón, buen retroceso y apoyo para colaborar en el armado de la jugada, y hasta cierta capacidad de atención para capturar rebotes-; pero que al no poseer mas recursos que éstos a la hora de sustentar su labia y su deseo chabanístico, queda expuesto y víctima de su propio humo -apañado por una parcialidad que no parece haber sacado cuentas del affaire Fabbiani-.

Y se cumplió ese pronóstico, también, por lo exiguo del marcador -ese solitario gol de Teófilo Gutiérrez terminó siento suficiente para la primer victoria del local en dicha condición desde el inicio de la nueva temporada-. Pero sobre todo, porque River nunca llegó a dominar realmente a su indolente rival: el único momento excepcional consistió en los últimos diez minutos de la primera mitad, no le generó un exceso de jugadas claras que justificaran una ampliación del marcador, ni siquiera dominó claramente el campo y la pelota, aún de local y con un hombre mas en casi todo el complemento. Mas aún, el equipo se fue deshilachando aún mas entre lesiones e ingresos insustanciosos -Pisculichi y Carlos Sánchez recordaron el 24 de marzo por adelantado, Cavenaghi está casi como el Elvis del ocaso-. De ese modo, a partir de los últimos quince minutos se jugó el partido del morbo, al cual River se presentó y Godoy Cruz mandó saludos para todos (?). Victoria del millonario, buena para la moral pero supeditada a recordar rápido el fútbol jugado el pasado año. Por parte del Tomba, escarnio total y una confirmación: sos peor que Juan Aurich. No sé, manejalo.

La fecha se cerró en San Juan, desde donde la vasconeta se trajo un puntito inteligente.

Durante el primer tiempo, quien dominó el partido de principio a fin fue San Martin, quien rápidamente se adueñó del mediocampo y de la pelota, forzando a Martinez y a Lodeiro a bajar y dejando a Osvaldo muy lejos del resto del equipo. Reiteramos, la pelota fue solo de San Martin, quien la trató bien atacando por los costados. Da gusto ver que un equipo trabaja sus movimientos en ataque, y es lo que hace Carlos Mayor, siempre sumando a Gelabert y a los laterales para generar superioridad por los costados y llenar de centros a Carlos Bueno. Uno de ellos, se fue a centímetros del travesaño de Orion.

Lo unico con lo que contó Boca fue una defensa sólida y tres pelotas aereas muy importantes. La primera, dejó a los cinco minutos solo a Carrizo en el segundo palo. El pachi inexplicablemente elevó su remate por sobre el travesaño cuando estaba sin marca en el área chica.
La segunda, fue una pelota que termina dando en el brazo de Pelaitay y se consagró como el penal mas pelotudo de la fecha, disparado con maestría por Osvaldo para el 1 a 0. Y la tercera, desviada por el Cata Díaz en una rara de su cuerpo para poder impactar con la cabeza, dió en el palo izquierdo de un Ardente que volaba para la foto.

El partido fue detenido por un piedrazo que le arrojaron a Orion, lo cual volvió loco al arquero, quien le entregó la piedra a Gelabert (!). Esto fue tomado como una demora por los jugadores locales y hasta el árbitro, quien lo amonestó (!!). Lousteau llevó muy mal el trámite, dejando mucho que desear en varios fallos que pusieron nerviosos a todos, sobretodo una mano de Colazo sobre el final del primer tiempo que debió ser penal.

El segundo tiempo fue una ampliación del final del primero. El local dominó por completo el partido y Boca no volvió a pisar el area rival en todo el partido (!). Mayor mandó a Covea como lateral derecho y a Eric Aparicio como volante izquierdo para que el ataque no cesara. El mediocampo de Boca retrocedió pero sin embargo los volantes sanjuaninos se sacaban de encima facilmente a Erbes, Lodeiro y companía y generaron una llegada tras otra, ademas de ganar cada rebote que quedara dando vueltas y mover la pelota de un lado al otro.

En una de esas tantas jugadas, Bueno le filtró una pelota a Marquitos Figueroa, quien no cesa de buscar a pesar de sus limitaciones y de lo mucho que lo hemos criticado aquí, y que ingresó en diagonal al área para definir entre los pies de Torsiglieri y colocar la pelota junto al palo derecho de Orión para el 1-1.

Luego del gol Boca intentó adelantarse en la cancha pero la pelota siguió siendo del minero que no se conformó y fue a ganarlo, tal es así que habilitaron a Charly Good para que este encarara solo hacia el arco. Agustin Orión salió desesperado a cortar fuera del área y el delantero la tocó por un costado, evitó el planchazo criminal de Orion con la pierna izquierda pero no pudo sortear la rodilla del arquero xeneize, volando para caer fracturado, en la primer jugada malaleche y de lesión seria del torneo.

No hay que pecar de fatalista, pero es probable no solo que sea el fin de la carrera del jugador uruguayo de 34 años (no todos son Martin Palermo, está claro) sino también el final de la temporada para San Martin, que pierden a su jugador franquicia, quien era el alma del equipo mas allá de la invalorable cuota de gol que aportaba.

Luego del ingreso de la ambulancia, la expulsión y retirada de Orión en carrito para no sufrir el escarnio de la parcialidad local, y el cambio de Osvaldo por Sara, el partido se reanudó pero el ritmo de los de Carlos Mayor lógicamente se enfrió. Además el pampa Gelabert de buen partido, se fue expulsado por un tonto foul en la mitad de la cancha (típica compensación para el equipo grande). Sin embargo, San Martin siguió manejando la pelota en el mediocampo y contó con un remate de Renzo Vera en el tiempo recuperado, aunque el partido se le terminó escurriendo entre los dedos.

Así le quedaron la tibia y el peroné a Carlos Bueno

Goles:

 

Hoy juegan:
16 hs:  Nueva Chicago vs. San Lorenzo – TV Pública

18:10:  Aldosivi vs. Union – TV Pública

21:10:  Temperley vs. Olimpo – TV Pública