Eliminatorias CONMEBOL Fecha 5 – La altura no estuvo a la altura. Suarez sí.

Buenas. Bienvenidos al resumen de la quinta fecha de las eliminatorias de la Conmebol, jugada entre el jueves y viernes que conmemoran la pasión de Nuestro Señor (?), y que resultó como el Descubrimiento de América: le fue mal a todos los locales.

Bolivia 2 – Colombia 3: Higher Ground
(*) Por YoSoyElCarlos

«En el fútbol son once contra once, y siempre pierde Bolivia«. Tal cual como lo dijo Gary Lineker – creo que así fue la frase, ¿no?… mientras continuamos, vamos a constatar esto (ruido de papeles) -, la selección boliviana de fútbol volvió a perder en su casa, esta vez, y con algo de infortunio, ante una selección Colombia a la que la victoria le cayó como que ni comprada por Pablo (?). Los de amarillo llegaron a La Paz con varias dudas sobre el lomo, debido sobre todo al bajo nivel de la selección en las fechas 3 y 4, al gris rendimiento de la mayoría de sus figuras en 2015 y a las convocatorias algo forzadas de Pekerman. Total que entre estos temas y las precauciones por el temita ese de la altura, Colombia saltó al Hernando Siles Suazo con seis cambios con relación a su último partido. Y le resultaron en el primer tiempo, en el que los bolivianos controlaron el balón pero tuvieron menos pegada que el hashish, y en donde vieron como los colombianos golpearon dos veces por intermedio de un intratable James – al fin, carajo, te quitaste las telarañas de la cabeza, mariconcito – y Bacca. El segundo tiempo auguraba plácido para los visitantes, pasa que Jeisson Murillo cometió su cagada_por_partido: ante un centro medio inocuo de los locales, el defensor le metió la mano a ver si le pegaba al balón, y, efectivamente, eso fue lo que pasó. Penal intercambiado por gol: se apretó el asunto. Bolivia sintió favorablemente el impulso sicológico, y con la ayuda inestimable de su Jugador No. 12 – lostresmilseiscientosmetros, a este paso tienen que darle la 10 porque es el que más ocasiones de gol crea para los bolivianos – arrinconó a unos visitantes que hacían agua por babor y estribor. Los locales empataron el asunto con un golazo de Chumasteiger en una jugada que inició en un 20% falta, un 35% cagazo del defensor y otro 45% físico cansancio – todo el equipo colombiano estaba literalmente con la lengua afuera: es que jugar allá en ese barranco es muy duro, no sé si ustedes lo sab… ah, sí lo saben. Total que los bolivianos agarraron tanto impulso que por poco pasan de largo, pero no les resultó debido a que los cambios, esta vez, sí le funcionaron a Pekerman. Al segundo minuto de descuento, entre los ingresados Marlos Moreno – un jovencito con muchísimo futuro, si lo saben manejar – y Edwin Cardona coronaron un contragolpe que metió el 3-2 que desató la euforia entre la visita y dejó a los bolivianos, valga el oxímoron, inmersos en un mar (?) de dudas.

Para Colombia la victoria le da no solo un aire de confianza muy necesario para afrontar al durísimo Ecuador el martes, sino que además dejó como plus el fogueo de nuevos valores. necesarios para el espinoso camino que se avecina. Para Bolivia estas eliminatorias pintan como «Two and a half men» después de la partida de Charlie Sheen: una larga e innecesaria agonía que todos desearíamos que se terminase lo más rápido posible. Ah, nos informan de Producción que la frase de Lineker no fue exactamente así como la dije, pero, bueno, no da rehacer la crónica…

Goles: James Rodríguez (Col) 10´, Carlos Bacca (Col) 41´, Juan Carlos Arce (Bol) 50´, Alejandro Chumacero (Bol) 62´, Edwin Cardona (Col) 90 + 2´.

Figura: James Rodríguez. El 10 del Real Madrid tuvo el mejor partido que se le ha visto con la selección después del Mundial de Brasil. Con autoridad, mando, liderazgo y mucho fútbol.  

Detalle LRF!: en la selección colombiana debutaron oficialmente cinco jugadores en este partido: Sebastián Pérez, Guillermo Celis, Farid Díaz, Oscar Murillo y Marlos Moreno. 

Ecuador 2 – Paraguay 2:  Offside en el cielo, empate en la altura
(*) Por Cachengue

El invicto ecuatoriano se doblaba, a pesar del mandamiento pasarelliano sobre la altitud, ante el pragmatismo guaraní hasta que un Ángel le quitó las alas a los muchachos de Ramón Diaz. El esquema ofensivo tricolor tropezó una y otra vez con las dos líneas de cuatro a pura defensa más algún «jugale-jugale» por parte de la albirroja. No obstante, el local tuvo la paciencia y toque por parte de sus jugadores. Christian Noboa fue el responsable de la distribución de la pelota por el centro junto a Juanito Cazares.

Los cambios de frente obligaban a la apertura de la defensa paraguaya en malón lo que le permitía a Antonio Valencia adueñarse de todo el sector derecho, aunque a su presidente Correa no le guste (?). Esta presión ecuatoriana, cuyo principal cómplice para agotar a sus rivales son los 2600 metros de altura, permitió el primer tanto para el país por donde pasa la mitad de cancha del planeta. Noboa saca un terrible remate que se estampa en el travesaño. El rebote lo captura Enner Valencia quién despachó a Justo Villar con un tiro cruzado. Ecuador tenía la ventaja y posibilidad de escaparse en el marcador pero no supo capitalizar su momentum para aumentar. Noboa siguío sacando astillas al palo paraguayo y un tiro libre desviado del ex-River Cazares fueron sus mejores oportunidades de gol.

Tanto fue a fondo el local que Paraguay se encontró con muchos espacios abiertos. Monchito mandó a buscar la defensa rival con contragolpes a lo Solano López como si se tratara de la recuperación de Chaco Boreal. El central Gabriel Achiller entró en modo Bubba Gump (?) y cerró más lento que chico canadiense en Los Simpsons. Si le dejás la cartera tan fácil como no va a aprovechar para marcar un tanto un delantero como Darío Lezcano al que apodan motochorro. Podes filmarlo todo lo que quieras pero lo cierto es que el tónico revitalizante Diaz e hijo logró el empate.

 

El via crucis rojaijú.

 

En un ataque de bielsismo bobo, Quinteros fue aún más al frente quitando un mediocentro para agregar un delantero en el complemento. Los contragolpes de Paraguay, desde los pies, joroba y busarda futbolera de Néstor Ortigoza dejó una vez más a Lezcano entre los centrales para establecer el 2-1 y festejar a puro teclado y rayador con Damas Gratis de fondo.

Ecuador se jugó la última ficha con Ángel Mena. El achique ramonesco hizo el resto en el minuto de descuento. Cuando Paraguay metía el batacazo, el delantero tricolor picó en leve posición adelantada para clavar el empate con una gran sutileza. El país de la banana continúa al frente de la tabla de posiciones y tiene grandes chances de ser uno de los seleccionados que festeje con vodka al final del proceso eliminatorio. Como Jeff Bridges y su hijo en Tron Legacy, los Diaz sacan adelante a la Albirroja con tecnología de punta de la Triple Frontera, un poco de  ñaha’â, ñaha’â ramonesco y puro tembó (?) guaraní.

Goles: Enner Valencia 19′ PT (Ecuador), Darío Lezcano 37′ PT y 13′ ST (Paraguay), Ángel Mena 46′ ST (Ecuador)

Con el curepa entre los dientes.

Figura: 20 – Néstor Ortigoza (Paraguay)
Detalle LRF!: ¿Sabía usted que Lezcano estuvo muy cerca de ser parte de la selección suiza? Por suerte para la albirroja, el motochorro no se prendió en este robo de guante blanco de Blatter.

 

Chile 1 – Argentina 2: Defensa y Justito
(*) Por Gancedo

Suele pasar. No estamos acostumbrados, pero a veces nos toca a nosotros. Sin duda nos hubiera gustado que ocurriese el año pasado, pero el destino -al igual que el propio fútbol- es caprichoso. Incluso cuando haces peor las cosas con respecto a la última vez. Tras la euforia del pitazo final y la ducha reparadora (?), no debe haber habido ningún jugador argentino que no haya dicho para sus adentros «era el de la Copa América! no éste, el de la Copa América!». Y quizás haya mirado para arriba, buscando la complicidad de Dios para que se lo explique. Y desde los cielos, el Barba mira con su peor cara de ironía y dice en voz alta «¿que mirás, nabo? Agradecé que ganaron porque jugando así van a perder más de lo que van a ganar».

La Selección llegaba con ganas de tomarse revancha de aquella vergonzosa derrota en la final de la Copa, mientras que Chile le daba la bienvenida a Juan Antonio Pizzi. Mucho se dijo sobre la posibilidad que se repita el mismo partido que aquella vez, pero el conjunto local fue el que dio el primer indicio que no sería así: nada de salir a apretar bien arriba en la salida, sino esperar en mitad de cancha y bien cerradito. El plan se le pudo ir al tacho de entrada con la lesión de Mati Fernández, pero el ingreso de Silva le daba más rigor y marca al mediocampo. Lo que si no cambió con respecto a la Era Sampaoli fue la subida de los laterales, quienes tomaban posición en mitad de cancha. Allí comenzó a verse lo que sería lo peor del conjunto argentino a lo largo del partido: un pésimo retroceso. De entrada nomás se pudo apreciar como la línea de tres volantes del Tata no daba abasto con los tres medios chilenos y los laterales que subían, dejando al desnudo una falta de lectura total por parte del ex DT del Barcelona. En un 4-3-3 donde los laterales suben, son los delanteros externos quienes deben ayudar en la marca. Argentina nunca lo hizo. No se le puede caer a Messi o a Di María. Al primero porque no está para marcar. Del segundo hablaremos después.

La primera jugada de riesgo del encuentro fue para Argentina, cuando a los 9′ Lio se mandó una de sus apiladas blaugránicas (?) y abrió para Di María, que decidió patear al arco en vez de buscar un pase al medio. Un minuto después lamentaríamos haber desperdiciado esa chance cuando tras un gran córner ejecutado por Orellana, Pipe Gutiérrez metería un cabezazo bárbaro para poner el 1 a 0. Un equipo ordenado en ventaja sobre otro que no sabe donde esta parado. La noche pintaba para ser terrorífica. Con el resultado adverso, Chile tomó posesión de la pelota y Argentina como si nada, viendo pasar la pelota sin salir a presionar. Una locura teniendo en cuenta la acentuada superioridad del mediocampo local. La única idea de la Selección era jugar largo para Agüero, pero con escasa compañía. Hasta que a los 19′, una salida rápida fue cortada por Ramiro Funes Mori, la pelota cayó en los pies de Banega que, como ya es costumbre, fue para adelante con la cabeza gacha hasta chocar con un rival, con la suerte suficiente como para dejarle la pelota muerta para Di María, que con un hermoso derechazo chanfleado mandó la bocha al ángulo superior izquierdo de Claudio Bravo. 1 a 1 y la suerte que asomaba la cabecita.

Los cinco minutos posteriores al empate podrían catalogarse como milagro. Al toque del gol argentino se lesiona Marcelo Díaz, el motorcito que tiene Chile (que por cierto, no contó con piezas claves como Vidal, Vargas y Valdivia). Otra vez Pizzi se ve obligado a cambiar esquema, pero la presencia del jugador del Celta es fundamental y el equipo comienza a notarlo. Y para colmo de males, a los 25′ llega el desnivel visitante: un centro pésimo de Ever Banega en lo que se supone que era una jugada preparada, deriva en una devolución al medio del área por parte de Kranevitter. Otamendi gana de cabeza y se la baja a Messi, que es anticipado por un jugador chileno con tanta mala suerte que le da un pase gol a Gabriel Mercado, que con una media tijera digna de Alario la manda al fondo de la red. Dos llegadas, dos goles. Ganando y con el rival desordenado. Ni que el Papa Francisco hubiera llamado a Dios.

NO SALE MAS

Tras el gol del lateral de River, Chile se contagió del desorden argentino. La pelota dejó de llegar clara para los de arriba, obligando a Alexis Sánchez a tirarse atrás, lo que provocó que Argentina adelantara sus líneas y los espacios se redujeran notablemente. Allí comenzaron a crecer las figuras de Otamendi y Ramiro Funes Mori. Lo único que faltaba era comenzar a tener la pelota, pero la mala noche de Biglia -preocupado más por correr que otra cosa- atentó notablemente contra esa idea. Y hasta podemos llegar a dudar de si realmente Martino quiso defenderse con LA POSESION, que es para lo que realmente sirve tenerla. Chile tuvo una antes de finalizar el primer tiempo cuando Gutiérrez sacó un zurdazo que pasó muy cerca del arco defendido por Romero.

El complemento mostró mucho de lo que ya se venía viendo tras el segundo gol argentino, con algunas pequeñas diferencias. Di María ya era un cuarto volante decidido a tapar la subida de Mauricio Isla. Ese rol a Fideo le cae bárbaro, muy similar a la etapa de Sabella donde se vio su mejor rendimiento. Por el otro costado, Biglia sufría horrores para estar en todos lados. Y adelante quedaban Agüero -de flojísimo partido nuevamente- y Messi. A Lio se le nota cada vez mas el disgusto y la desazón por jugar en un equipo donde se especula, no se ataca ni le devuelven una pared. Esta Selección tiene al ancho de espada y juega como si tuviera dos sotas y un ancho falso. Messi no juega sólo, necesita socios. Y en este equipo no los tiene.

Viendo que con el 4-4-2 el equipo quedaba largo, Martino mandó a la cancha a Higuaín en lugar del Kun, que había quedado fundido tras una buena corrida que casi termina en gol. Este cambio sería el único acierto del entrenador a lo largo del encuentro. Por mucho que lo odiemos, el Pipa entró bien, bancando los bochazos que llovían desde atrás y tratando de buscar socios que, obviamente, no llegaban porque había ocho tipos detrás de mitad de cancha (¿que culpa tendrá Messi de esto, no?). Chile quemó las naves con el ingreso de Pinilla, que incluso tuvo una tras una buena diagonal pero que definió apresurado de zurda. Con el conjunto local apostado en ataque, el Tata acomodó las piezas con el ingreso de Augusto Fernández por un Biglia fundido. Los de Pizzi dejaron de crear peligro y recién en los últimos minutos Argentina se defendió bien, incluso encontrando seguridad en Chiquito Romero.

Tres puntos valiosísimos para no perder el tren, más teniendo en cuenta el empate entre Ecuador y Paraguay. Pero esto no es suficiente: La Selección jugó uno de los peores partidos que se le recuerde en mucho tiempo, incluso por debajo de la final de la Copa América. Martino sigue mandando mensajes de optimismo que difieren notablemente con su prédica de tenencia, paciencia y asedio de cara al arco rival. Es notable lo fácil que resulta complicar a esta Selección si se es ordenado a la hora de atacar. Durante los minutos de asedio en los cuales Chile dominó, se vio a un equipo abierto y descompaginado a la hora de presionar. La historia bien podría haber sido diferente con Vidal, Valdivia y Vargas en cancha. La mala suerte se terminó de cebar con los chilenos con dos lesiones en veinte minutos. La sensación que queda en el aire es la misma de antes que se diera este encuentro mal llamado revancha: éste partido se podía perder, pero la final no.

Goles: PT 10′ Felipe Gutiérrez -de cabeza- (CHI), 19′ Di Maria (ARG) y 25′ Gabriel Mercado (ARG)
Figura: El señor Mariscal Ramiro José Funes Mori.
Detalle LRF!: el patético relato de Vilouta. El audio sobre las imágenes engaña, pero que un relator tire un «algo pasó ahí» es, siendo muy generosos, de principiante.

BONUS TRACK: PUNTAJES LRF!

Sergio Romero (6,5): respondió cuando lo llamaron. Descolgó un par de centros dignos de su estatura (?) y le tapó un remate algo complicado a Orellana. Nada que hacer en el gol.

Gabriel Mercado (8): impecable lo del chubutense. Cerró su lateral y apenas sufrió complicaciones con Beausejour. No fue mucho al ataque pero lo hizo con criterio. Encima se dio el gusto de hacer un lindo gol. Zabaleta, seguí calentando el banco (?).

Nicolás Otamendi (7): otra buena actuación del ex Vélez. No sufrió complicaciones con Alexis ni tampoco con la salida. Clave en el gol de Mercado para bajar la pelota. Su manchita es el foul sobre el final que lo deja afuera del partido contra Bolivia: al pedo, sobre la raya, sobre la hora y con el jugador más sólo que Obama en Bariloche.

Ramiro Funes Mori (8): hoy por hoy, el mellizo es insustituible. Manual del central en mano: rigor en el contacto, velocidad en el cierre, prestancia en el juego aéreo. Además, tiene un plus: te sacude para mostrarte quien manda. En la jugada que lo amonestan, le da una murra a Orellana divina. El chileno no la volvió a tocar más.

Marcos Rojo (6): pasó desapercibido. Contenido a la hora de atacar, tuvo una noche bastante tranquila ya que Chile eligió ir por el otro costado.

Lucas Biglia (4,5): desconocido. Si bien podemos argumentar que parte de su flojo rendimiento se debió a la tarea encomendada por su entrenador, lo cierto es que con la pelota tampoco estuvo fino. Argentina depende mucho de él a la hora de sacar el juego.

Matías Kranevitter (5,5): fue el mas ordenado del medio, mas por obligación que por mérito propio. No se descontroló a la hora de ir a presionar y supo cuando meterse entre los centrales para dar una mano. La pronta salida de Matías Fernández colaboró con la causa.

Ever Banega (4): lo mismo de siempre. Traslados innecesarios, quejas por foules que no son y a los cuales él arriba por incapacidad propia, displicencia. Uno de los jugadores que porta el Virus SPL (Síndrome Piojo López), ese que hace que juegues una barbaridad en tu club y seas un asco en la Selección. Lo sufrió el Piojo, lo sufrió Lucho González y lo sufre Banega. Esperemos que no haya contagiado a Messi en una ronda de mates (?).

Angel Di María (5,5): lo salva el gol, pero el del PSG volvió a mostrar su peor cara. Jugando como delantero es un desperdicio, ya que corre sin levantar la cabeza y al no tener compañeros adelante siempre opta por la individual.

Kun Agüero (4,5): otro que en la Selección no da pie con bola. Tuvo una fabricada por él que pasó cerquita. Intentó juntarse con Messi, pero siempre se encontró con supremacía numérica por parte de la defensa rival. Perdió bastante seguido con los centrales.

Lionel Messi (5): es inocultable el desgano de este chico cuando le toca jugar bajo esta idea. Dos jugadas que Di María corrió como pollo sin cabeza para adelante y Lio se quedó paradito con claro gesto de «mah si, hacela sólo». Sirvió para tener la pelota y sacar alguna que otra contra cuando lo acompañaron. Seguramente su rendimiento sea otro cuando el equipo juegue a atacar. Como le gusta a él. Como nos gusta a todos.

Gonzalo Higuaín (5,5): entró bien el Pancita. Aguantó un par de bochas y hasta lo vimos encarar en velocidad.

Augusto Fernández: se acomodó como volante por derecha para tapar las subidas de Mena.

Ezequiel Lavezzi: fue al puesto de Di María para hacer la misma tarea que Augusto pero con Isla.

Gerardo Martino (DT) (3): resumir en un #ANDATETATA sería menospreciar nuestra tarea. Planteó mal todo el partido de entrada: ante una defensa de acondroplásicos (?), no puso a Higuaín. El medio se vio superado constantemente cuando subían los laterales chilenos, quedando por momentos 5 contra 4 e incluso 5 contra 3 (!) cuando no volvía Di María. En un equipo que espera atrás, es fundamental que el medio despegue rápido para la contra, cosa que con Biglia o Banega es imposible: uno de los dos no debería jugar, y todos sabemos quién. Lo peor es que, increíblemente, hizo el mismo planteo que en la final de la Copa América, aún sabiendo que fue un desastre y que este Chile no es el de Sampaoli. La suerte lo acompañó, y seguramente lo haga también contra una Bolivia que llega con un montón de quilombos.

Peru 2 – Venezuela 2: Nos quedamos en el fondo de la tabla
(*) Por Romero el del Retiro

¿Algún ser humano menor a 30 años verá alguna vez a Perú en la fase final de un Mundial? Aunque en el fútbol toda afirmación tajante es contraproducente como hacer una bandera que diga los grandes no descienden (?) casi que nos animamos a decir que no, nunca en su p*ta vida (?). Rusia parece alejarse del horizonte del conjunto incaico casi como a Hitler después de 1943. La generación que mas cerca al menos por nombres pareció poder pelear una clasificación (Pizarro, Guerrero, Vargas, Farfán) está quemando sus últimos cartuchos sin siquiera estar cerca de arrimarse a la conversación por un lugar entre los cinco primeros. Venezuela por su parte no está mucho mejor, aunque sigue manteniendo a los golpes esa dignidad que los Pastoriza, Paez y demases le supieron conseguir, pero lejos todavía de ser capaz de dar el salto de calidad y autoconvencimiento necesarios para creerse parte de un Mundial.

Pero vayamos al partido.  La selección peruana dirigida por ese milagro de la medicina oncológica (?) llamado Ricardo Gareca comenzó el encuentro decidido a volcarse al ataque para conseguir una rápida ventaja que le permitiera manejar los tiempos del partido. Jefferson Farfán y Christian Cueva, por derecha e izquierda respectivamente, lograban encarar directamente hacia las cercanías del arco de Alain Baroja. La ‘Foquita’ no pudo conectar la primera opción de gol del partido, mientras que un par de minutos después fue el turno de Claudio Pizarro quien no pudo definir.

A los 23 minutos de juego llegó la oportunidad más clara para los locales. Paolo Guerrero, actualmente en el Flamengo, se perdió de manera increíble el primero del encuentro al definir a las piernas del arquero tras un gran pase de primera de Farfán. Tres minutos después llegó la primera llegada a fondo de la visita, con un centro al área de Rondón que Josef Stalin Martínez definió casi de tijera y el arquero Pedro Gallese salvó a puro reflejo. Parecía mejor la vinotinto y lo demostró a la media hora exacta de juego, cuando Carlos Ascues derribó burdamente a Añor dentro del área y el árbitro marcó el correspondiente penal. Rómulo y Berruti Otero se hizo cargo de la ejecución y marcó el 1-0 para Venezuela. Como parece estar en el ADN del jugador peruano, la primera dificultad los saca de partido y estuvo muy cerca el conjunto aún (?) bolivariano de sacar rápido provecho de ese desconcierto contando con al menos tres oportunidades para ampliar el marcador en el primer tiempo. Si no lo pudo hacer fue por la gran tarea de Gallese (nombrado en alguna venta de humo como posible reemplazante de Barovero en el arco riverplatense), que salvó las salchipapas (?) ante la pésima performance de sus compañeros en ese último cuarto de hora.

Y como para confirmar que lo hecho en ese final de la primera etapa no había sido casualidad, siguió el conjunto dirigido por Noel Sanvicente manejando el trámite del encuentro en el complemento. Por eso a nadie le llamó la atención cuando a los 58 minutos Mikel Villanueva buscó por el segundo palo un córner desde la derecha, y sin dejar que la pelota llegue al suelo sacó un furibundo zurdazo que rompió la valla de Gallese quien esta vez nada pudo hacer ante la violencia y velocidad del remate del jugador que milita actualmente en el Malagueño de la tercera división española. Fue Carlos Ascues, el que cometió la falta del penal, quien perdió su marca asignada del jugador venezolano, completando una paupérrima actuación para darle via libre a la siempre prudente (?) prensa peruana a ensañarse con el jugador del Wolfsburgo alemán, quien arrastraba una inactividad de 8 meses (!) –otra que Chiquito Romero.

Inmediatamente del gol visitante el técnico argentino realizó dos variantes que resultaron fundamentales a la hora de explicar el resultado final. Raúl Ruidíaz y Edison Flores (ambos de Universitario) ingresaron por los célebres pero poco productivos Pizarro y Farfán. Un minuto después de su entrada al campo, a los 61’, el primero de los nombrados pivoteó de cabeza una pelota a la medialuna del área para que Paolo Guerrero controlara y sacara un remate bajo y esquinado que superó la tardía respuesta del golero venezolano para transformarse en el descuento que volvía a darle esperanzas a los miles de peruanos presentes en el Estadio Nacional de Lima.  

A partir de ese momento todo fue desorden y confusión para ambos conjuntos. El local iba hacia adelante sin ninguna idea clara, además de sufrir un evidente cansancio físico en todas sus líneas que atenuaba sus chances de conseguir ataques concretos y profundos, salvo la frescura que podían darle los ingresados. Mientras que la visita se encerraba alrededor de su defensa en pos de mantener el resultado en vez de intentar definir el partido con alguna contra que agarrara a contramano a la adelantada última línea peruana. Así el encuentro fue ingresando en su recta final, sin mayores emociones que la que generaba lo exiguo del resultado y algunas aproximaciones como un cabezazo de Guerrero que pasó cerca a los 76 minutos.  

Cuando ya parecía todo terminado y los tenues intentos del equipo incaico no lograban su cometido, llegó el tercer minuto de los cuatro agregados por el árbitro. Edison Flores pudo enviar desde la izquierda un centro al vértice del área chica donde Raúl Ruidíaz se anticipó al cierre de dos defensores y con un cabezazo de pique al suelo al segundo palo pudo superar al arquero y marcar el 2-2 que fue final.  Como ya fue dicho al comienzo, ambos equipos se van despidiendo tempranamente de sus chances reales de darle alcance a los primeros lugares en la tabla de éstas eliminatorias sudamericanas. Aunque las matemáticas y su amigo con derechos (?) Paenza digan lo contrario, los procesos futbolísticos actuales de ambos países muestran a la clara que solo están para molestar a algún contendiente serio a una plaza mundialista y no mucho mas.

Goles: PT 31′ Rómulo Otero (penal) (VEN). ST 13′ Mikel Villanueva (VEN) – 15′ Paolo Guerrero (PER) y 45+3′ Raúl Ruidíaz (PER)
Figura: Raúl Ruidíaz cambió el partido con su ingreso, pero lo de Pedro Gallese en el primer tiempo fue fundamental para evitar una posible goleada en contra. Los dos a la final (?).
Detalle LRF!: No puede ser, siempre lo mismo, llegan adelante del arquero y tienen miedo de hacer el gol, no pueden creer que van a ganar y siempre terminan en lo mismo. Fuertes y desconcertantes (?) palabras de la esposa del cronista -peruana ella- mientras se veía el partido en el lecho conyugal. LRF! reality reality (?).

Brasil 2 – Uruguay 2: La murga del pistolero
(*) Por Kipzy

El papá de David Luiz

El futbol son momentos, diría el enfermo del $exo. Y sino, preguntale a Brasil. Hace un año, nadie hubiera podido entender las convocatorias de Firmino, Douglas Costa y Willian, tres delanteros jóvenes que restaban en vez de sumar. Hoy por hoy, no solo son figuras en Europa sino que su gran forma los hace indiscutibles en la selección. Tal es así que a los 35 segundos el ruludo wing del Chelsea capturó un pelotazo de Dani Alves, desbordó por la derecha y lanzó el centro de la muerte que el wing del otro costado Douglas Costa, ese que la rompe en el Bayern de Pep, metió el 1-0. Los marcadores de punta fueron a Uruguay lo que el mar a Bolivia y el Scratch hizo estragos por los costados. Fucile y Alvaro Pereira fueron bailados y realmente el local le hizo precio a la celeste. A los 25, Neymar, la gran figura del partido puso el pase entre líneas hacia la derecha, pero fue muy fuerte. Por suerte allí estaba el ex Estudiantes para no cerrar y dejarle la pelota servida a Renato Augusto, quien ante el veloz cierre de Muslera, amagó y lo hizo pasar de largo Randazzo style para luego mandarla a guardar.

Recife fue testigo del fantasma que está afectando a todo el país de Dilma: el fantasma del 7-1. La verdeamarelha solo necesita un leve paso en falso para que se derrumbe anímicamente y no se pueda recuperar. Eso pasó en la noche del viernes, cuando solo 5 minutos después del 2-0, toda la defensa quedó corrida hacia la derecha, lo que le permitió al tortuga Sanchez entrar solo por el segundo palo para conectar de cabeza el centro de Pereira y dejarle el descuento servido a Cavani. A partir de allí, empezó otro partido. Uruguay sacó la cabeza y se asomó para robar un puntito y hasta casi robar tres. Tal es así, que en un rechazo de un corner a favor, Brasil tembló de manera patética, cuando dos defensores no pudieron ganarle a Luis Suarez, quien probó pateando desde lejos sin tanta puntería. Pero antes del entretiempo, Neymar, el jugador mas claro y desequilibrante del equipo de Dunga, tuvo dos opciones claritas para liquidar el partido. La primera, tras gambetear dos jugadores y cedersela a Douglas costa para que este shotee al costado del arco. La segunda, tras cabecear un centro de Dani Alves que Muslera alcanzó a contener.

El segundo tiempo fue todo celeste y nunca mas volvió a atacar Brasil. El conjunto de Tabarez se paró 20 metros mas adelante y el cambio clave del Tata Gonzalez por el cebolla Rodriguez le dió el empuje necesario a la celeste para copar el mediocampo. Y el golpe de gracia llegó rápido: Pereira controló la pelota en tres cuartos y metió un pase en cortada para Suarez quien picó en diagonal hacia la izquierda y de zurda la cruzó para empatar el partido ante la pasividad de toda la defensa, sobretodo del inexplicable David Luiz, que no solo es la cara de la derrota en la canarinha, sino que su rendimiento viene siendo muy pobre desde hace por lo menos dos años, haciendo inexplicable su convocatoria.

De hecho, el propio clon de Bob Patiño intentó mas tarde cederle con la cabeza una pelota a su arquero y la dejó corta, regalándole una chance a Suarez de rematar, pero en el pie a pie ganó Allison salvando con la pierna derecha y rescatando un punto. El estadio permaneció en silencio y solo volvió a gritar a los 25 minutos, cuando Cavani sujetó de la camiseta a David Luiz en el área uruguaya, y un nuevo Pitanazo se hizo presente. Desde esta columna saludamos fervientemente a los referees argentinos que no van a ser localistas a Brasil, como si hacían Sanchez, Baldassi y otros jueces de épocas anteriores.

Brasil no contará con David Luiz ni con Neymar a la hora de enfrentar al Paraguay de Ramenem(?) el próximo martes, pero mas que por nombres propios, genera dudas en cuanto a su rendimiento colectivo, cuando las cosas no empiezan a salir como fueron planeadas. Uruguay recibirá a Peru para ir a la caza de Ecuador tras recuperar a su gran goleador luego de esa sanción injusta e hipócrita que le pusieron dirigentes que hoy están presos o en proceso de estarlo.

Goles: Douglas Costa 1′ PT, Renato Augusto 25′ PT, Edinson Cavani 30′ PT, Luis Suarez 2′ ST

Figura: Luis Suarez

Detalle LRF!: Ney, entregá a tu hermana

 

POSICIONES

#	Equipo	Pts	PJ	PG	PE	PP	GF	GC	DIF
1	Ecuador	13	5	4	1	0	11	4	7
2	Uruguay	10	5	3	1	1	11	4	7
3	Brasil	8	5	2	2	1	9	6	3
4	Paraguay	8	5	2	2	1	5	4	1
5	Argentina	8	5	2	2	1	4	4	0
6	Chile	7	5	2	1	2	8	9	-1
7	Colombia	7	5	2	1	2	6	7	-1
8	Peru	4	5	1	1	3	6	11	-5
9	Bolivia	3	5	1	0	4	7	11	-4
10	Venezuela	1	5	0	1	4	6	13	-7