Asian dreamland: el auge de los mercenarios en las selecciones asiáticas

El espinoso temita de los jugadores nacionalizados a última hora para poder jugar con una selección nacional en particular, se da en muchos lados, salvo en los que manejan altos valores éticos e íntegros como Colombia (?). Pero en Asia están tan descarados con el asunto que ya oficialmente se fueron al carajo. Pase, siga, siéntese, y lea, mijo, que revisaremos algunos casos.

Si quisiéramos discutir acá si es «válido» o no el uso de jugadores no-100%-originarios de un país para jugar en un seleccionado, nos daría para hablar como hasta lajóncedelanoche. Por ejemplo: hay casos como la selección de Alemania, a la que le revisas la nómina de hoy y te confundes entre tantos nombres polacos, turcos, ghaneses o albaneses que hasta sientes lástima del pobre Hitler (?). Pero que cuando caes en cuenta que, en la mayoría de los casos, son jugadores o nacidos o criados desde pequeños en el país, el supuesto dilema ético que te ibas a plantear para calmar tu moral pequeñoburguesa se desgaja cual castillo de naipes en el Titanic. Caso similar al de Suiza, cuya política de puertas abiertas a inmigrantes redundó en la conformación de su selección nacional: ahora los muertos de rojo no son de cantones étnicamente alemanes, franceses o italianos sino descendientes de turcos, albaneses o bosnios.

Odragosa son seleccionados como España o Italia, que no se cuestionan ni un dilema moral en Yahoo! Respuestas para convocar sin asco alguno a un jugador no nativo ni descendiente de la patria, así tenga menos de un par de años en el país y en vez de hablar el idioma lo farfulle mezclándolo con puteadas en serbocroata. Los italianos, de hecho, han contado con el aporte de oriundi en tres de sus cuatro títulos mundiales (solo en el 82 no tenían, vaya uno a saber por qué). Los españoles solo necesitan dejarse llevar de su oportunismo y su amor por los flashes para vestir con la Roja a cualquier extranjero destacado. A mí no se me hubiera hecho extraño que un par de papeles como futbolista de Ricardo Darín en el cine español, hubieran catapultado su convocatoria a la selección de España en algún momento entre 2002 y 2010. Una política similar, aunque a nivel más terrenalmente tercermundista, está siguiendo recientemente la Federación de México; lo que ha originado que ver en una misma frase los nombres de Matías Vuoso, Guillermo Franco o Gabriel Caballero junto con las palabras «perteneciente a la selección nacional de…» no sea un chiste forzado. Por otros lares también hay casos al otro lado del espectro (?) de equipos como Paraguay o Argelia, cuyas selecciones abundan en mayor o menor grado de hijos-de nacidos fuera del país (en Argentina en el primer caso, en Francia en el segundo). Estos casos son menos, por decirlo así, discutibles, pues tienen un fundamento máaaaaas o meeeenos sólido así sea que los hijos de Isidro (?) o Rafik se sientan más argentinos o franceses que otra cosa.

Pero en otros lados con menos prensa el asunto se vuelve más descarado, Como pasa en Asia, con las selecciones que reseñaremos a continuación.

Hong Kong; las perlas del Oriente

La selección de Hong Kong en un partido del mes pasado en Maldivas. Te apuesto lo que sea a que ni el segundo, cuarto y quinto de arriba, ni el segundo y cuarto de abajo se apellidan Wang o Zhao

Imagínate: ¡si China con mil y pico de millones de personas no ha podido formar una selección de fútbol decente, ahora Hong Kong que tiene menos de ocho millones! El seleccionado de la antigua colonia británica nunca ha destacado a nivel internacional, logrando un total de cero títulos importantes en su historial y tropezando en casi todas las eliminatorias mundialistas (en las que viene participando desde 1974). Pero el Mundial de 2014 fue la debacle para Hong Kong: fue rápidamente barrido en las clasificatorias en apenas dos partidos (frente a Arabia Saudí), en los que recibió 8 goles y no hizo ninguno. Una 狗屁.

Ahora, este fracaso, que en un país asiático con dignidad hubiera generado el suicidio de toda la cúpula directiva de la Federación (?), probablemente fue la causa que motivó la adopción de medidas, eh, radicales en el fútbol de la Región Administrativa china. Por ejemplo, que se incrementara paulatinamente la cantidad de jugadores nacionalizados para reforzar la Seh-le-tsiong, política que alcanzó ya niveles asquerosamente notorios en estas eliminatorias. Para los compromisos disputados en Noviembre pasado ante Maldivas y República Popular China, el técnico y los directivos superaron la fase molesta esa de sentir vergüenza (?): la mitad de los convocados fueron jugadores nacidos fuera de Hong Kong y/o en la China continental. Entre estos podemos mencionar a los siguientes, la mayoría pertenecientes a clubes locales:

• El defensa central Festus Baise, nacido en Nigeria, y nacionalizado hongkonés en Marzo de este año. Hace algunos años el chino negro (?) tuvo su momento de fama cuando anotó un gol parecido al Escorpión de Higuita, muy bonito pero manchado por el enojoso detalle de hacerlo en su propio arco.
• El volante defensivo de origen camerunés Jean-Jacques Kilama. 
• El delantero nacido en Ghana Christian Annan
• El punta Jaimes McKee, nacido en Inglaterra.
• El defensor Helio Goncalves, brasileño, con ciudadanía de Hong Kong aún oliendo a tinta: fue obtenida el 31 de Octubre de este año.
• El delantero Paulinho Piracicaba, que recién obtuvo su nacionalidad hongkonesa también en Octubre 31 de este año, un par de semanas antes de su debut ante Maldivas por eliminatorias.
• El delantero ghanés Godfred Karikari.
• El defensor Jack Sealy, nacido en Inglaterra.
• El delantero nacido en Nigeria Alex Tayo Akande, también recién estrenando pasaporte.
• El delantero brasileño Alessandro Ferreira Leonardo «Sandro».

El inglés James McKee, el ghanés Christian Annan, el chino Bai Hey el hongkonés Chan Man-Fai, todos con sus corazones unidos por Hong Kong (?)

Esta política ha tenido dos efectos notables a corto plazo: 1) el nivel del seleccionado nacional aumentó, tanto que tienen posibilidades reales de pasar a la siguiente fase continental en eliminatorias dejando fuera a nada menos que la República Popular China, y 2) se han alzado numerosas voces de protesta en medios, afición azarada y rivales preocupados. Por ejemplo, el veterano delantero hongkonés Chan Siu Ki declaró en ese depositario de la indignación revolucionaria que es Facebook (?) «¿Por qué las jóvenes promesas locales entrenan duro, y para qué?» en respuesta a la más reciente convocatoria de la selección. Durísimo (?). Ante las críticas saltó el entrenador de la selección, el surcoreano (bue, ni uno bueno que entrene que sea de la casa) Kim Pan-gon, que quiso ponerle paños fríos a la polémica con declaraciones mesuradas como «Si [los jugadores locales] fueran lo suficientemente buenos, no tendríamos que mirar afuera» (!!) o «No se quejen tanto sino que trabajen más duro en su camino para alcanzar un nivel top«… bien ahí el man poniendo la calma…

Estas palabras lo dicen todo. Fuerte mensaje de Chan y una gran respuesta de Chi.

Hasta ahora la campaña en eliminatorias del antiguo enclave del imperio ha sido superior a lo esperado, aunque con 3 puntos y un partido más que China ya no dependen de ellos mismos para pasar de ronda. Pero aunque no llegasen a clasificar muy seguramente quedará una imagen positiva en el aire, por lo la probabilidad que continúe esta política es alta. Mientras tanto, el entrenador no se guarda el micrófono a la hora de declarar: «No me importa dónde nacieron nuestros futbolistas, siempre y cuando aporten al equipo». Made in Hong Kong.

Qatar: Aspira al billete

El jugador Sebastián Soria (de granate) nacido en la población qatarí de Paysandú, acá disputando el balón con uno de Maldivas en Octubre pasado.

En el mismo grupo que Hong Kong está Qatar, un caso igual de evidente pero algo más complejo. Porque las autoridades qataríes, conscientes que futbolísticamente tienen menos poder que la delantera de River en 2011, se han dedicado desde hace unos años a dos tareas principales: 1) a poblar su selección con nacionalizados de los clubes del país (oootros que hacen la misma) y 2) a formar bajo sus auspicios a talentos juveniles de todo el mundo, que algún día o se vestirán con la camiseta del Lanús del golfo (?), o ayudarán a incrementar el nivel del fútbol local de horroroso a menos horrible.

La primera tarea está cubierta al día de hoy, con la presencia en la selección que disputó los más recientes partidos por eliminatorias de los siguientes amantes del billetín:

• El arquero francés de origen marroquí Claude Lecomte.
• El defensor Mohammed Kasola, nacido en Ghana.
• El delantero también ghanés Mohammed Muntari.
• El volante francés de origen argelino Karim Boudiaf.
• El defensor francés de origen senegalés Dame Traoré.
• El punta Tresor Kangambu, nativo de Congo.
• El argelino Boualem Khoukhi.
• Y el delantero uruguayo Sebastián Soria, con pasado en el Liverpool trucho (?), habitué de la selección qatarí desde 2007.

Ahora, estamos hablando de un país de algo más de 2 millones de habitantes, de los cuales apenas el 20% es oriundo de Qatar. Repito: el veinte por ciento: unas 400,000 personas nada más. Entonces no sabe uno con qué tantas ganas agitar la mano para criticar este sistema, pues en muchos casos PUEDE SER, PUEDER SER, ¿EH? que el nacionalizado lleve muchos años viviendo allá y le haya agarrado cariño a ese arenero. Pero al ver uno la práctica sistemática de búsqueda y reclutamiento de mercenarios atletas compitiendo por Qatar a cambio de apoyo monetario y buena vida, queda la sensación que lo que buscan los del golfo es ver en dónde putas gastar su plata en algo que no sean gustos decadentes como putas, coca o autos de lujo.

Hablamos de dos tareas: para la segunda que mencionábamos arriba, las autoridades del fútbol de Qatar han montado unos centros de formación de jóvenes talentos llamados Aspire Academy, los cuales reclutan y seleccionan promesas de todo el mundo para….bueno, no de todo el mundo, solo de la parte que pasa hambre…sigo: allí se reclutan promesas – no solo en fútbol – a las que se les mantiene y nutre con una formación deportiva y académica de altos estándares internacionales, y en la que además las familias de los favorecidos reciben 5,000 dólares por mes. El proyecto incluso compró formalmente a un club belga de la segunda división, el KAS Eupen, al que envía sus jugadores a foguearse en el nivel más alto que hay en Europa. Si, el fútbol belga tiene más nivel que el qatarí…

Uno de estos dos meterá el gol que elimine a Argentina en las semifinales del 2030.

Todo muy bonito. Pero, ¿a cambio de qué? ¡Ajáaaaaa, algo debe haber a cambio! Uno se tienta de caer en el amarillismo de afirmar «a cambio que sus beneficiarios jueguen con la selección qatarí, caca, el dinero, feo, fo,«, pero esto no es taaaaan evidente. Pasa que la FIFA anda muy pendiente de lo que llaman pomposamente (?) «elegibilidad de un jugador para representar a un país en competiciones internacionales reconocidas oficialmente«, y ahí es donde no se ve mucho campo para que la Cosa Nostra de Zurich acepte sin inmutarse un combinado nacional con más orígenes diferentes que un álbum de Mano Negra. Y más el de Qatar, que en el pasado ha sido amonestado oficialmente por intentar casos similares. Entonces pasará probablemente una de dos: o a) efectivamente el objetivo es que estos talentos importados indirectamente ayuden a subir, así sea por ósmosis, el nivel de los inhábiles locales, o b) los qataríes se harán los huevones y seguirán con la práctica de llenar sus seleccionados con nacionalizados, pero ojo que esta vez van a tener mucho mejor nivel. Yo apuesto que pasará la 2… Por lo pronto los qataríes hacen caso omiso de las críticas, y con el aporte de los multicamisetahs, clasificaron de manera anticipada a la siguiente ronda de las eliminatorias continentales a Rusia 2018. Ah, el técnico también es importado: el uruguayo ex Nacional, LDU Quito, Deportivo Cali y Palestino José Carreño.

Timor Oriental: la pobreza de los que nadie ve

El volante brasileño Patrick Fabiano (de blanco): de Sao Paulo a Timor Oriental

El caso de Timor Oriental es más difícil – mira lo que te digo – de justificar que los dos anteriores (!). Para afirmar esto así tan suelto de cuerpo hay que repasar no solo la nacionalidad sino el currículum de los siguientes muchachos, los cuales han jugado con la selección de Timor Oriental por eliminatorias este año:

• Juninho es un volante oriundo de Sao Paulo, con experiencia en clubes rumanos, tailandeses y malayos (!)
• El delantero brasileño Jairo Neto ha jugado en equipos de Eslovaquia, Portugal y Siria.
• Rodrigo Souza Silva nació en Ipatinga, Brasil, juega de volante ofensivo y ha tenido experiencia en clubes de Kuwait y Emiratos Árabes Unidos.
• Patrick Fabiano es otro delantero, nativo de Sao Paulo y con amplia experiencia en clubes bolivianos, mexicanos, kuwaitíes y de Emiratos Árabes Unidos.
• Paulo Helber es brasileño también, y ha militado en clubes de Laos, Timor Oriental y Hong Kong.

¿Cuáles son los factores comunes de los jugadores mencionados? Al menos dos: que ese listado exhala un fuerte vaho a baldosa, y que (salvo uno), ninguno ha jugado en clubes de la selección por la que juegan a nivel oficial. Entonces, ¿cómo es que están disputando eliminatorias por Timor Oriental? ¡Por el billete, marica! La Federación y las autoridades locales se pusieron casi que de shopping hurgando por brasileños en el deep ascensou (?) brazuca y en las ligas asiáticas de tercer nivel. Tal vez buscaban aprovecharse que, por el pasado colonial portugués del país recién independiente, los nombres de los expatriados pasaran más desapercibidos para la masa. Lo malo fue que emocionaron tanto con la práctica que ya en Junio disputaron sus encuentros con siete (!) brasileños en cancha. Se pasaron…

Con el destape vinieron las protestas, coincidencialmente al mismo tiempo que la baja en los resultados del equipo. Como dice un aficionado local, «Los jugadores brasileños vienen, se quedan un día, reciben el pasaporte timorense y juegan con la selección«. O como decía otro «de por sí preferimos perder con nuestros jóvenes valores que ganar con nacionalizados… ahora, ¡qué gonorrea cuando perdemos con nacionalizados! (*)…«. y sí.. para noviembre pasado, entre el miedo a la FIFA por posibles sanciones y los reclamos de la afición, el número de extranjeros disminuyó en la titular. Su último partido de local, ante Arabia Saudita, lo jugaron casi sin extranjeros. Y perdieron 10-0. Eso nos da una idea del nivel del futbolista timorense: ¡cómo serán de horribles los muchachos de Timor Oriental, que el aporte de unos brasileños semidesconocidos y baldoseros en ligas de décimo orden, le sube el nivel a la selección!

(*) Nota: probablemente no dijo eso de «qué gonorrea», pero se entiende...

Rodrigo Silva (rojo), otro brasileñotimorense

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Y listo. Son tres casos distintos: una selección que usa extranjeros nacionalizados con el objetivo confeso de tener un nivel mejor que el de sus nativos; otra que al menos en teoría, hace lo mismo pero con la idea que sus ciudadanos mejoren su nivel; y otra que hace lo mismo de la primera pero de manera más «disimulada» y con foráneos de un nivel peor que el de Black Sabbath después de Dio. Solo el tiempo dirá qué tan positivo será el efecto en el fútbol de cada país, y si en el futuro esto nos importará/afectará algo más que la mera curiosidad que nos lleva a hacer estos posts.