Primera «B» 2015: memoria y balance

Un repaso a lo que dejó el año de la Premier (?) B Metro: los ascensos de Brown y Almagro, los descensos de Italiano y Merlo, la pecheada de Estudiantes, el fracaso de Almirante y Platense, la salvezza de Cole y más. De yapa, un anticipo del 2016.

El campeón

Ganó el título en el minuto 94 de un torneo de 42 fechas, pero no por eso dejó de ser justo el campeonato obtenido por Brown. El elenco dirigido por el querible Pablo Vicó supo ser puntero durante gran parte del torneo, se repuso a un feo bache sufrido en la segunda rueda y llegó a la fecha final sabiendo que debía ganar en Morón y esperar que los otros aspirantes a la corona igualen entre sí. Todo eso se dio, y el agónico gol de Juan Manuel García ante el “Gallo” quedará para siempre en la memoria del pueblo “Tricolor”.

De esta manera, Vicó repite con el humilde cuadro del sur del conurbano la hazaña de llevarlo a la Segunda División, algo que ya había logrado en 2013. Todo un premio para un tipo que jamás arrió sus banderas, que trata de que sus jugadores jueguen y peguen lo menos posible, algo raro en esta jungla de la B Metro.

Y premio también para la dirigencia, que viene bancando al bigotón desde hace largos 8 años. Lo bancaron cuando el equipo jugaba “lindo” pero no podía ascender, lo sostuvieron pese a que el año en la B Nacional terminó en descenso y lo ratificaron pese a que en el semestre de transición 2014, el equipo estuvo lejos de hacer una gran campaña. Por ello, haber logrado llegar 2 veces en menos de 3 años a la elite de nuestro ascenso con el mismo DT y varios jugadores que repitieron, es un premio a la coherencia de Adrián Vairo y los que lo acompañan en la CD.

¿Puntos altos? El veterano Martín Ríos en el arco, los experimentados Joel Barbosa y Víctor Soto en la defensa, el talento de Matías Sproat y la garra de Adrián Maidana en el medio, y la voracidad de los delanteros Alejandro Quintana, Maximiliano Brito y el nombrado García, quienes entre los 3 sumaron nada menos que 33 goles repartidos en partes iguales.

42 batallas. 23 éxitos, 12 empates y apenas 7 derrotas. 60 goles a favor y sólo 30 en contra. Fue el equipo que más partidos ganó, y el segundo en el rubro ofensivo y defensivo… si a eso se le agrega que se coronó como visitante y lo hizo además sobre la hora, no hay muchos costados por donde criticar este campeonato logrado por el modesto Brown.

La sorpresa

El otro ascenso fue para Almagro, de pésima primera rueda, pero fenomenal remontada en el segundo semestre. Mario Finarolli, quien había armado el plantel, renunció tras la primera fecha y la eliminación en Copa Argentina ante el clásico rival, por lo que luego llegaron dos históricos como Luis Tonelotto y Roberto Demus… pero el desempeño de la dupla fue muy pobre y al cabo de 9 partidos dieron un paso al costado, sin haber conocido el sabor de la victoria.

Cuando Fernando Ruiz agarró al equipo en la fecha 11 sus muchachos se arrastraban literalmente por todas las canchas de la B Metro, pero con perfil bajo y laburo pudo ir moldeando su equipo.

Con una gran solidez defensiva (en 13 de los 21 encuentros de la segunda rueda Agustín Gómez terminó con su arco invicto) y la eficacia en el ataque como premisas básicas, el “Tricolor” sacó puntos a lo pelotudo (?) en la segunda rueda, en gran medida gracias a la gran cantidad de goles que aportó Oscar Altamirano, alguien a quien muchos ya consideraban un ex jugador.

En el reducido, se cargó primero a Atlanta en condición de visitante; luego vino el duelo ante Estudiantes (su eterno rival) también en rodeo ajeno, con el plus de que hacía mucho tiempo no se imponía allí: pero los de Ruiz se hicieron fuertes en la adversidad y pese a comenzar en desventaja, terminaron ganando 3×1 un duelo que no llegó a culminar. Y ya en plena curva ascendente, terminaron siendo ampliamente superiores a Morón en los 180 minutos de la final por el segundo ascenso, liquidando la historia en el duelo de ida prácticamente.

Pese a no ser un club de los más convocantes, y más allá de su pésima primera rueda, por lo hecho en el verde césped durante el segundo semestre, se trata de un merecido retorno del club de José Ingenieros al Nacional, tras 6 años y medio de ausencia.

La pecheada

Ay, Estudiantes. El “Pincha” venía de perder un ascenso bastante accesible en el semestre de transición el año pasado, y por ello, sumado a que el plantel había sufrido varias bajas, el pueblo de Caseros no estaba muy entusiasmado que digamos en este 2015. Máxime, cuando el arranque de torneo no fue bueno y eso provocó la salida de Fabián Anselmo del banco.

Pero desde la llegada de Juan Carlos Kopriva cuando promediaba la primera rueda, el albinegro cambió su cara y enhebró una racha diabólica, por lo que fue trepando posiciones en la tabla sin mayores pausas. Sustentado en gran medida en los goles de Diego Torres y las atajadas de Ramiro Martínez, el equipo pasó nada menos que 18 fechas invicto, catapultándose así a meterse en la conversa de arriba.

Luego del inesperado traspié en casa ante Comu por la 30º jornada, el buen paso del elenco de Kopriva se mantuvo (de hecho clavó 4 victorias en fila, una de ellas ante el líder Brown), y de esta manera llegó a la penúltima fecha con buenas chances de ser campeón: pero cayó, nuevamente de local -esta vez ante Barracas Central– y la definición pasó a la fecha final, donde debería visitar nada menos que a uno de sus escoltas.

El CAE logró no perder en su visita a Defensores, y como Brown empataba su partido estaba volviendo a la B Nacional después de 15 años. De hecho, el duelo en Bajo Nuñez ya había terminado y algunos precoces (?) ya festejaban, hasta que el citado gol de García destrozó los sueños de todo Caseros… para colmo, ya en las semis del octogonal, el equipo fue eliminado en su propia cancha ante Almagro, el clásico rival que llevaba mil (?) años sin poder imponerse en terreno “Pincha”. Un verdadero final de pesadilla para una película que durante mucho tiempo, nos prometió un cierre completamente opuesto.

La desilusión

No sabemos si cabe del todo poner a Defensores de Belgrano en esta categoría, máxime si recordamos que a mediados del año anterior este club bajó a la Primera “C” y ahora terminó en un más que decoroso 3º puesto.

Pero si se tiene en cuenta que estuvo a nada de forzar un desempate por el título, viniendo desde la categoría inferior, seguramente más de uno de sus hinchas quedó desilusionado la tarde en que Defe y Estudiantes empataron 0x0 y le dejaron servido el título al CAB.

Además, gran parte de esa desilusión puede radicar en que, habiendo eliminado a Tristán Suárez en los cuartos de final del reducido, en semifinales el “Dragón” no pudo aprovechar que tenía nuevamente ventaja de localía y perdió 1×2 ante Morón, pasando así a ser historia un larguísimo invicto de 20 meses en su estadio de Libertador y Comodoro Rivadavia.

Igualmente, nos sacamos el sombrero ante Rodolfo Della Pica y la base de jugadores (Albano Anconetani, Luciano Goux, Maximiliano Serrano, Nahuel Fioretto) que en el lapso de 2 años y medio hicieron lo siguiente: metieron un campañón en la B Metro 2013/14, que no bastó para zafar por culpa de horrendas campañas anteriores; luego lograron en 6 meses el ascenso con una tranquilidad casi pasmosa, y en su retorno a la Tercera División casi meten un ascenso impensado, contando con la mejor defensa del torneo… pudo haber sido el guión de una película de Hollywood, lástima para ellos el final que tuvo (?).

La tristeza

Seguramente, al comenzar el año el Deportivo Morón no se encontraba entre los candidatos de la cátedra para pelear por los ascensos, más allá de que por nombre, historia y gente uno tiende a ubicar al “Gallo” en ese grupo.

Y si bien durante el 90% del certamen el equipo dirigido por Blas Armando Giunta estuvo lejos de la punta pero ubicado dentro del G8, daba la sensación de que su paso por el reducido culminaría más temprano que tarde.

Ello, habida cuenta de la irregularidad mostrada a lo largo de las 42 fechas, en las que sin embargo pudo darse el gran gusto de ganarle ambos duelos a Almirante, su gran rival. Seguramente, el mejor momento del cuadro del oeste se vio con el invicto entre las jornadas 23 y 33, cuando luego de la fea derrota (no tanto por resultado sino por actitud) ante Merlo en la 22º fecha, BAG desplazó del arco al ídolo Sebastián Peratta y puso en su lugar al rendidor Carlos Morel.

Y llegado al reducido, un plantel al que le debían muchos meses de sueldo, se encargó de dar un par de sorpresas en condición de visitante. Una no tan grande, como fue eliminar a un Barracas con el que apenas había una posición de diferencia en la tabla; la otra sí fue enorme, cuando fue al “Juan Pasquale” y en la semi pulverizó el invicto de 38 partidos que arrastraba Defe en su cancha.

Ya en la final, Morón sabía que estaba a sólo 180 minutos de volver a la Segunda División. Nunca desde el descenso en el año 2000 había estado tan cerca de la BN, con excepción claro está de la maldita promo ante Defensa. Fue tan inesperado que el “Gallo” llegara a la instancia decisiva, como lo fue el 4×0 escandaloso que le encajó Almagro… el 1×1 de la revancha fue meramente para la estadística.

Ahora, sin los dineros que podía gestionar Don Martín $abatella, se vendrá un tiempo de reconstrucción. Esa reconstrucción deberá darse sin Giunta, quien no llegó a un acuerdo de $$$ con la dirigencia y decidió irse, tras un par de buenas campañas en el rojiblanco. Walter Otta, de últimos pasos por Acassuso y Unión (Mar del Plata), será el encargado de comandar un nuevo sueño en el oeste.

El (gran) fracaso

¿Cómo describir lo de Almirante Brown? Penoso, vergonzoso, una mierda (?) fue el 2015 de uno de los clubes con más historia en nuestro ascenso, que parece no poder reponerse aún del inesperado descenso que sufrió hace un año y medio desde la Segunda División.

Con un plantel repleto de jugadores de experiencia para lo que es esta categoría (Román y Rodrigo Díaz, Miguel Ángel Romero, Bruno Centeno, Sergio Meza Sánchez, etc.), el torneo había arrancado en forma inmejorable para Osvaldo Rodríguez y los suyos, pero ya promediando la rueda inicial todo se fue complicando y los triunfos empezaron a escasear.

Tan confuso fue el año de la “Fragata”, que tras el tumultuoso paso de Ricardo Kuzemka por su banco (quiso limpiar a algunos jugadores y la CD no lo dejó), en la fecha 32 los dirigentes lo fueron a buscar a Rodríguez, el mismo DT al que habían fletado en la fecha 20 (!).

La cuestión es que el CAAB, habituado a pelear casi siempre arriba en esta divisional, finalizó en un ignominioso 20º puesto entre 22 equipos, por lo que está más obligado que nunca a hacer una buena campaña para dejar en el olvido este papelón.

Lo nuevo para Gustavo Cisneros, su flamante DT, es que la vara quedó muy baja pensando en lo que viene. Va a ser más que difícil repetir una performance tan nefasta, casi ni a propósito se podría hacer.

La decepción

Duele ver como pasan los años y Platense no logra salir del tercer escalón del fútbol nacional, viéndolo desde el lado unitario de la vida (?).

Aunque a diferencia de otros años, el grueso de sus hinchas no se había hecho grandes expectativas al comenzar la temporada, con un Roque Alfaro que por ejemplo apenas duró 5 partidos como entrenador.

Luego vino el irregular paso de Pedro Bocca, ex jugador del club y ex ayudante de Alfaro, quien nunca terminó de encontrarle la vuelta al equipo. Tras su salida agarró Fabián Anselmo, pero el hombre que casi lleva a Estudiantes al Nacional en 2014, lejos estuvo de superar lo hecho por su antecesor. Por ello, la dirigencia decidió culminar la temporada con un interinato, por lo que Jorge Brandoni dirigió al “Calamar” en las últimas jornadas.

Pese a todo, “Palito” logró meter a Tense en el reducido, pero allí la aventura duró poco: derrota 0x2 en Caseros ante el subcampeón en cuartos de final… y a repartir las cartas de nuevo, soñando el pueblo de Vicente López que la mano venga mejor barajada en el 2016.

El infierno

En este 2015 el oprobio del descenso les tocó a Sportivo Italiano y Deportivo Merlo; previsible era lo del ACIA, no tanto en cambio lo del “Charro” cuando comenzó el torneo.

El conjunto de la colectividad necesitaba sacar una carrada de puntos para evitar retornar a la “C”, pero su desempeño fue bastante flojo, muy pobre por momentos. Arrancó el año siendo dirigido por el experimentado Salvador Pasini, quien armó muy mal el plantel, y luego ni “Coqui” Ferraresi ni el “Huevo” Toresani pudieron enderezar el rumbo de un barco que se pegó de llenó contra el iceberg… aunque el naufragio terminó siendo más digno de lo esperado, ya que se produjo recién en la penúltima fecha, cuando el grueso de los que siguen la categoría lo había augurado yo no eh, yo no (?) para la fecha 35 o 36 aproximadamente.

Los del oeste en cambio arrancaron la temporada con cierto margen, pero se descuidaron, sacaron pocos puntos y, pese a estar fuera de la zona roja a lo largo del 95% de la campaña, terminaron volviendo a la categoría que habían abandonado en el 2006. Claro que para eso se juntaron ciertos factores: a) el descuento de 6 puntos impuesto por FIFA por no haber pagado los derechos de formación de un par de jugadores paraguayos que hace rato se fueron del club; b) la enorme remontada de un equipo que se destacará a continuación; c) la decisión de bancar más tiempo del debido a Ariel “Chino” Zárate como técnico; y d) recurrir nada menos que al vetusto (?) “Tano” Pasini para intentar (en vano) evitar el descenso… por lo que podemos decir tranquilamente que el verborrágico entrenador se dio el lujo (?) de sumar un par de descensos en un año, lo que pocos.

La hazaña

Notable lo de Colegiales, que arrancó el 2015 hasta las bolas (?) con el promedio y, en base a mucho mérito propio y algo de defección ajena, en la fecha final logró una salvación que parecía imposible cuando arrancó el año.

Toda la temporada el “Tricolor” debió remar contra la corriente. Todo un campeonato viendo como, pese a sacar muchos puntos, nunca podía salir de la zona roja. Para colmo, en la fecha 40 logró salir de puestos de descensos, para volver a caer allí a la semana siguiente, cuando sólo restaban 90 minutos para finalizar un extenuante certamen… todo pintaba negro para ese buen arquero llamado Milton Álvarez, el rendidor atacante Francisco Vazzoler y todos sus compañeros.

Pero en la jornada final se dio el milagro: empate como visitante ante Fénix, derrota de Merlo por otra parte y merecido delirio de los jugadores, esos que tal vez no sacaron tantos puntos en su cancha de Munro como se esperaba, pero que hicieron del equipo dirigido primero por Fernando De Souza y luego por Juan José Serrizuela (grata revelación resulto el “Tiburoncito” en su debut), un team letal a la hora de ser visitante.

Tan bueno fue lo de Cole que a solamente un punto del reducido se quedó, habiendo sumado 56. Sin embargo, lejos de sentir frustración estuvieron sus muchachos, habida cuenta de cual era el objetivo -y lo difícil que pintaba- al comenzar el año que ya se va.

El hombre gol

Hablamos, claro, de Jonathan Herrera. Quien fiel a su sana costumbre, se transformó en el máximo artillero del fútbol nacional en este 2015, si tenemos en cuenta todas las categorías desde la “A” hasta la “D”, sin dejar de considerar a las organizadas por el Consejo Federal.

Herrera anotó la friolera (?) de 28 tantos, pese a los cuales su Deportivo Riestra no logró meterse en el octogonal por el segundo ascenso. Sin embargo, fue una digna campaña para un club que venía de muchos años jugando en la “D”, con la misma base pasó apenas un semestre en la “C” y siguió de largo (?) hasta la B Metro, donde con un 14º puesto final (tras una excelente primera rueda) podríamos decir que alcanzó las expectativas planteadas al comienzo del torneo.

Volviendo a Herrera en lo personal, sus casi 3 decenas de goles le bastaron para dejar bien atrás a sus perseguidores: lo escoltaron en la tabla de anotadores Abel Soriano (Barracas Central), Emiliano Bonfigli (Atlanta) y el ya mencionado Altamirano, todos con 20 tantos.

Parecía que el muchacho, quien ya pasó la barrera de los 100 goles en certámenes de AFA, se nos iría a Qatar para el 2016, pero el pase se cayó y al menos por un semestre más, el atacante surgido en Centro Español seguirá vistiendo los colores de Speed FC Riestra.

Los que vuelven

San Telmo, campeón de la Primera “C” y Talleres, ganador del segundo ascenso vía reducido, son los llegados desde la divisional inmediatamente inferior para engalanar (?) la próxima temporada de la B Metro. Se trata de dos equipos con bastante historia en el ascenso metropolitano, que tras años y años de frustraciones pudieron darle una enorme alegría a sus hinchas.

San Telmo, comandado por Jorge Franzoni -fue su cuarto ascenso a la “B” si sumamos el par que tiene con el modesto Lamadrid y el que logró con Español hace un año y medio-, cumplió una muy buena campaña y se aseguró el título uno fecha antes del final, con un ajustado 1×0 como local ante Cañuelas. De 38 encuentros disputados, ganó la mitad, empató en 13 ocasiones y cayó derrotado solamente en 6 oportunidades; hizo pocos goles (44), es cierto, pero con apenas 27 tantos recibidos tuvo la segunda mejor defensa del torneo… números que ayudan a entender una merecida coronación, más allá de ciertos ayudines que pudo haber recibido en su camino a la gloria, de esos que casi todos los equipos reciben a lo largo de un torneo anual.

De esta forma, el viejo y querido “Candombero” volverá a jugar en una categoría que en el formato actual (vigente desde el ´86) ya lo tuvo como participante entre los años 1996 y 2013.

Bastante más tiempo llevaba en la “C” Talleres, el histórico club de Remedios de Escalada. Luego de 6 años y medio en el barro de la Bundeslumpen (?), los dirigidos por Cristian Aldirico lograron volver a la Primera “B”, esa que en su versión B Metro lo vio disputarla en 1987/88 y luego de un paso por la Segunda División, entre 1995 y 2009.

El “Rojo” hizo una gran primera rueda, de hecho tuvo por escándalo la mejor ofensiva (metió 62 goles en 38 encuentros), pero en el segundo semestre su rendimiento decayó un poco y finalizó como subcampeón de Telmo. En el reducido, dejó primero en el camino a otro histórico de los sábados como es Dock Sud y ya en la final, superó al Central Córdoba de Ariel Cuffaro Russo, ganando la ida en Rosario (partido en que su arquero Alejandro Granero la rompió toda, hasta un penal atajó), y bastándole con un empate sin goles en Escalada para alcanzar la gloria.

Bonus track: lo que viene

Cuando arranque el 2016, iremos detallando lo que muestre el mercado de pases de la tercera división directamente afiliada a la AFA. Esa que tendrá 20 aspirantes matándose durante un semestre por un solo pasaje al máximo escalafón de nuestro ascenso.

Sin embargo, no podemos obviar que la categoría se ha visto sacudida (?) por algunas noticias que no podían esperar tanto para ser puestas en conocimiento de nuestros lectores. ¿O acaso es poco que dos de los arqueros más termos de los últimos 15 años, y hablamos de la elite eh, hayan decidido pasar a jugar en la B Metro?

Por un lado, Pablo Migliore va a jugar en Almirante Brown, club del que siempre se confesó hincha/simpatizante/doblecasaca (?). Y lo hace según él para cumplirle una promesa a su ya fallecido padre, no porque no tenga mejores ofertas, sin perjuicio de destacarse que un tío suyo supo vestir la casaca del club y ser goleador en la década del ´60.

A los 33 años, el arquero que surgiera de Huracán y tuviera notoriedad por sus pasos en Boca, Racing y San Lorenzo, y que también viviera experiencias en el exterior (Croacia y Uruguay), se transformó en uno de los tantos refuerzos que llegaron a la “Fragata”, con el objetivo de dejar en el olvido una de las peores campañas en la historia del club de San Justo.

Veremos si el ex convicto le da un salto de calidad al aurinegro, o bien, toma la posta de los hermanos Díaz en eso de pasar de estrella a estrellado (?). Apuesta de riesgo (no tanto en lo deportivo) la de incorporar a Migliore por parte de la dirigencia, que se juega a plata o mierda pensando en el único ascenso disponible a la B Nacional.

Por otra parte, Gastón Sessa bajó una categoría y pegó la vuelta a Villa San Carlos, modesto club de Berisso que viene de un flojo 2015 y quiere repetir los gloriosos buenos viejos tiempos, debiéndose recordar que hace poco más de 2 años estaban festejando un inédito ascenso a la B Nacional.

Sessa no fue parte de esa gesta, pero a los 42 años (!) nadie le quita la ilusión de repetirla. Amén de que la “Villa” es un club en el cual el “Gato” ya estuvo jugando (justamente en la B Nac & Pop 2013/14 y en el semestre siguiente ya en esta divisional), no hay que olvidar que el factor familiar influyó mucho para que el arquero se decidiera por firmar allí: nacido y criado en La Plata, el tipo decidió resignar algo de prestigio deportivo para poder estar más cerca de los afectos.

¿Será esta la última aventura del termocefálico (?) golero? En 6 meses lo sabremos.