La ola naranja se detuvo aquí

Momentos de zozobra extrema atraviesa el Blackpool FC. Este típico club de ascenso inglés que llegó a la Premier League de Inglaterra en la 2010/2011 ha hecho todo mal desde entonces y atraviesa una crisis institucional y otra crisis aún peor: sus hinchas le dieron la espalda.

Pongámonos un poquito en contexto. Blackpool es una ciudad turística costera a unos 60 kilómetros al norte de Manchester donde las familias van a veranear pero que hace cinco años algún genio decidió convertir en la mezcla entre Paris y Las Vegas (!!!).

Allí el equipo naranja ha construido una historia de 128 años en el fútbol ingles, mayormente en el ascenso. Sus máximos logros fueron en la época post Segunda Guerra Mundial, tiempo en el que metieron 4 jugadores en la selección (!), 3 finales de FA Cup y un título, ganándole la final de la copa de 1953 al Bolton Wanderers por 4 a 3 tras remontar un 1-3. En esos tiempos, se mantuvo en primera por 21 años y llegó a ser subcampeón del Manchester United en la temporada 55/56.

Mas acá en el tiempo, el equipo mandarina logró la hazaña del ascenso a la Premier League en el 2010, tras renacer de las cenizas, léase haber pasado 6 años en la League One, la tercera categoría de ascenso inglesa, para volver al Championship en 2007 y ganar el playoff de ascenso 3 años despues en una recordada final en Wembley 3 a 2 al Cardiff City. El ascenso fue festejado por una caravana de 100 mil personas que escoltaron al bus sin techo del equipo por toda la ciudad.

Recordado partidazo ante el City

Tras haber sorprendido a propios y extraños en su aparición en la Premier League 2010/11 con un futbol ofensivo (raro en ese momento para un equipo recien ascendido y con poco presupuesto, todavía no habíamos vivido la experiencia Swansea (?)), vendió a mitad de temporada a su estrella Charlie Adam cuando el equipo estaba octavo. Pueden imaginarse lo que vino después: la burbuja comenzó a desinflarse y todo se vino barranca abajo hasta llegar al último partido penando por mantener la categoría, teniendo que enfrentar a un Manchester United que peleaba el campeonato. El descenso se firmó esa tarde pero parecía cosa juzgada tiempo atrás, viendo la firme involución futbolística y anímica de un equipo que justamente se caracterizaba por la enjundia y el esfuerzo, algo parecido a lo que vemos hoy por hoy en Temperley.

Lo primero que hizo Blackpool ni bien descendió fue utilizar el dinero de la venta de Adam para traer al ex técnico del Rangers Barry Ferguson, quien los puso nuevamente en el playoff de ascenso, pero perdiendo luego la final en Wembley 2-1 ante el West Ham tras haber conseguido un agónico y emocionante pase ante Birmingham en semis.

A partir de allí todo se desmoronó. El equipo empezó a andar de mal en peor y los técnicos comenzaron a desfilar uno atras del otro, resaltando el paso de Paul Ince, el ex capitán de la selección inglesa, que comenzó su ciclo con 16 puntos sobre 18 y luego consiguió 9 derrotas en 10 partidos, lo que motivó su despido.

Never gonna give you up (?)

La pasada temporada, el equipo terminó descendiendo a la League One. Pero la crisis futbolística no fue de hecho lo peor que les pasó. A dos semanas de arrancar el torneo, 21 jugadores dejaron la institución, quedando tan solo 8 jugadores y ningún arquero (!). Eventualmente consiguieron uno, que debió jugar el primer partido con una camiseta réplica que había sido previamente autografiada y regalada a un hincha. El panorama no mejoró en el arranque del presente calendario, donde los naranjas van últimos con 1 punto en 5 partidos.

Toda la responsabilidad de este presente se debe al desmanejo dirigencial por parte de sus dueños, la familia Oyston, clan con un historial que avergonzaría a los Osbourne y enorgullecería a los Martinez de Hoz (?). Para empezar, el viejo dueño y patriarca Owen Oyston debió renunciar a la presidencia del club en 1996 tras ser encarcelado por los cargos de violación y abuso sexual. Tras cumplir tres de los seis años de la sentencia volvió y se convirtió en Director General del Blackpool, cargo en el que permanece hasta el día de hoy. El presidente pasó a ser su hijo Karl, quien fue recientemente suspendido de toda actividad relacionada con el futbol por el lapso de cuatro meses tras putearse con un hincha por mensaje de texto (una de las frases a las que acudió fue la de «paralítico mental»). Mas allá de las cuestiones éticas y morales, los Oyston aprovecharon su lugar de privilegio y actuaron en beneficio económico propio a costas del club. En 2012 salió a la luz que Karl le pagó 11 millones de libras esterlinas a una compañia… que pertenece al padre, en concepto de mejoras en el estadio que jamas se llevaron a cabo, aunque el total de pagos a companías relacionadas al clan Oyston subió a 26 millones (!).

Los hinchas vienen protestando hace tiempo estos descalabros pero la paciencia se agotó y el 2 de Mayo, hicieron una juntada masiva fuera del estadio, para luego no ingresar a las tribunas durante el partido ante Huddersfield Town. Como contrapartida, decidieron algo mejor: meterse en el campo de juego durante el entretiempo y quedarse ahí una hora entera hasta que el partido (iba 0-0) fuera suspendido.

La necedad y los oídos sordos a las críticas que llevan adelante tanto los dueños del club como los funcionarios, llevaron a los hinchas a crear un trust en el que cada uno puede formar parte comprando acciones para hacerse cargo de la institución el día que estos nefastos dueños decidan irse y abrirle las puertas a las viejas glorias de Blackpool, enemistadas hoy por hoy con la comisión directiva. El lema mas recurrente al que apelan es: «algo mucho peor le ha pasado a este club que perder la categoría, ha perdido su alma«.